Opinión

El silencio de los corderos

Animo a los legisladores españoles a introducir mecanismos que ayuden a prevenir el maltrato y mejorar el bienestar animal. Ello será bueno para todos, en especial para los animales que no se puedan defender

COMO LA cosa partidaria en España ofrece más de lo mismo, y en Pontevedra no veo solución a la falta de flema vecinal para protestar como se merece, un proyecto más parecido a la estética de “Star Wars” que a la puesta en valor de un puente de origen romano, insigne en nuestra ciudad como la peatonalización del puente del Burgo; aprovecho la ocasión y en este artículo de hoy voy a tratar otro de los temas que me pone furiosa cada vez que me llega alguna noticia al respecto, el maltrato animal.

Los animales no son trastos, no se patean, no se apalean, no se lanzan, ni se humillan en ninguno de los casos, y menos cuando se trata de sus últimos momentos antes de ser sacrificados en un matadero.

En primer lugar, y antes de seguir con este tema por el cual sé que tendré muchas críticas de uno y de otro lado, lo cual no me importa ya que en este momento y fecha de mi viaje por la vida puedo hacer balance de mis errores y aciertos, afianzada como nunca antes en lo que pienso, escribo y practico; aprovecho esta tribuna abierta para unirme a todas aquellas personas que enarbolan la bandera de los derechos de los animales, y lo hago, manteniendo mi templanza, (y a veces no es fácil) esperando que la mayoría de los seres humanos tomen conciencia de ello de la forma tranquila, natural y consecuente como hice yo, y si no se da el caso, que me respeten como yo a ellos.

¡Sí!, sé lo que muchos estáis pensando, yo he ido a los toros desde bien pequeña, y años más tarde formé parte de una peña taurina, pero ahora no. Esta ha sido mi decisión personal, y os aseguro que no exenta de críticas de todo tipo por parte de los taurinos y de los antitaurinos que, entre otras cosas reprochan mi pasado. Pero uno va evolucionando en la vida, va tomando posiciones, y desde hace ya unos años y gracias a un buen amigo, mi óptica hacia los animales cambió. Es cierto que no los considero personas, como algunos al extremo hacen, pero no pocas veces pienso que ya les gustaría a muchos humanos ser como ellos.

Sin llegar a ser vegetariana ni vegana, cada vez como menos carne, (aunque corderitos y cochinillos jamás), pero entiendo que hay una industria como la cárnica que es de gran importancia en este país, (y se de lo que hablo porque mis abuelos tenían parte en ella), tanto desde el punto de vista económico como el de generación de empleo, lo que no puedo consentir es que en instalaciones industriales de este sector, se produzcan situaciones monstruosas como las del vídeo que llegó a mí a través de Facebook y WhatsApp sobre un matadero de corderos en Riaza, Segovia, España. Me llegan muchos, por desgracia, pero este lo hemos identificado. A ver ahora que pasa y como actúa la Junta de Castilla y León, eso para empezar.

Este vídeo fue gravado por unas cámaras a través del trabajo de la ONG de protección animal Equalia, y les puedo asegurar que no es fácil de ver, y si alguno come carne como la de estos animales de meses, si ven eso, esta Navidad o cuando cuadre, no lo volverían a hacer. Se lo aseguro.

Es inadmisible que en pleno siglo XXI lleven a la muerte de esa manera a un animal, y así como hay cintos de casos no denunciables, este fue de fácil detección, ya que en el pueblo solo hay un matadero. No sé si los dueños saben el tipo de gentuza que contratan; si no es así, que se enteren, los denuncien y despidan, porque no me cabe la menor duda que estará buscando empleo alguien mejor para desarrollar esa labor, aunque yo no esté en nada de acuerdo con ella, y sienta que para ser matarife se tenga que estar hecho de una pasta especial.

Soy de las que aboga por la necesaria la presencia de cámaras a lo largo del proceso, y esto no es ninguna novedad. Así en países como Israel son obligatorias desde hace algunos años, en el Reino Unido también, y el último país en sumarse a la lista ha sido la vecina Francia, donde y desde enero de 2018, los alrededor de 1.000 mataderos franceses tendrán que tener la videovigilancia en todas aquellas zonas donde haya animales vivos, es decir, en zonas de transporte, descarga, alojamiento o reposo, aturdimiento y sacrificio. Así con esta nueva ley francesa a todos aquellos que se les sorprenda exhibiendo comportamientos crueles con los animales podrán ser condenados a un año de prisión.

Y es que esto nos debe de unir a todos aquellos que no quieren una barbarie a la hora de sacrificar a los animales, y por otro lado a los carnívoros empedernidos; porque si los animales no son tratados como debieran, la carne que ellos consumen no estará en la mejor de las condiciones, y eso es un tema de salud pública más que importante. Por otra parte, no estaría demás, saber qué factores culturales, económicos, personales, psicológicos, sociológicos, etc., influyen de modo positivo y negativo en el cumplimento de las normas de bienestar animal en un matadero.

Animo a los legisladores españoles a introducir mecanismos que ayuden a prevenir el maltrato y mejorar el bienestar animal. Ello será bueno para todos, en especial para los animales que no se pueden defender; y por ello, me sumo a ese cada vez más grande grupo de personas que pretenden dar voz al silencio de los animales, y en este caso al silencio de los corderos.

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