Opinión

¡Excelsa!

María Ramallo “animal político” dónde los haya ha tomado una decisión, a mi juicio muy acertada; porque quienes apostaron por ella tras tres mayorías absolutas e “in crescendo” la necesitan más que nunca

En una época en la que la dedicación a la “cosa pública” alcanza el más alto pico de desvalorización y el hartazgo impera en los ciudadanos que están desesperados por el “nivel” de la clase política, y especialmente por este desgobierno de España cuyo líder mira más hacia su ombligo que hacia la ciudadanía que las está pasando canutas; hace unos días vivimos todo un ejemplo de lo que debe ser un servidor público; y como bien escribía un amigo en Facebook , “acciones cómo esta hacen que siga creyendo en la política y los políticos”. Frase que suscribo absolutamente.

Ya sabrán muchos de ustedes que me refiero a la nada fácil y muy meditada decisión (me consta que así ha sido) que ha tomado la hasta finales de enero Diputada Nacional por Pontevedra María Ramallo, la cual deja su escaño en aras de dedicarse en cuerpo y alma y al 100% a su ciudad, a su gente y a los problemas de los vecinos que se han visto acrecentados por esta pandemia que parece no tener fin.

El 13 de octubre de 2019 le dediqué el artículo de opinión dominical desde esta Tribuna Abierta en donde manifesté abiertamente el acierto del Partido Popular por haberla elegido como número 1, ya que no era nada fácil ocupar el puesto que hasta entonces y tras repetidas convocatorias ocupaba Ana Pastor, a la cual también escribí otro artículo de opinión el 3 de marzo de ese mismo año con motivo de su marcha de la Presidencia del Congreso, que vista la ovación de todo el hemiciclo en pie, deja patente su extraordinario trabajo.

María Ramallo “animal político” dónde los haya ha tomado una decisión, a mi juicio muy acertada; porque quienes apostaron por ella tras tres mayorías absolutas e “in crescendo” la necesitan más que nunca, y ella sobre todo es alcaldesa; cuando lo más fácil hubiera sido seguir compaginando congreso y ayuntamiento, para “quizá y por qué no” comenzar una nueva carrera desde allí aferrándose a su escaño como un “koala a su eucalipto”. Pero ella no es así.

Tras haber encabezado la lista Popular por Pontevedra, y conseguir un diputado más para esta fuerza política transformándola así en la más votada en las pasadas Elecciones Generales del 10 de noviembre de 2019, María Ramallo asumió con mucha ilusión y compromiso su acta de diputada, responsabilidad que desde entonces compaginaba con la de seguir siendo Alcaldesa de Marín; eso sí, renunciando a su sueldo de alcaldesa, y sin dejar ni un solo momento de preocuparse por su gente, porque ella ha seguido al pie del cañón siempre que se la ha necesitado multiplicando su esfuerzo y agradando un horario hasta límites insospechados.

María Ramallo decide abandonar su silla en “la casa de todos”, justificando su noble decisión para dedicarse de forma exclusiva a los suyos, a su gente de Marín a la que tanto respeta y quiere, anteponiendo a cualquier otro interés el de los que siempre han creído y apostado por ella, y ante la necesidad que siente como alcaldesa para concentrar aún más sus esfuerzos en la lucha contra el impacto de la pandemia en su municipio. Yo siempre he mantenido que para un político “de raza”, ser alcalde o en este caso alcaldesa de la ciudad que le vio nacer, es la mejor de las tareas encomendadas. Sin duda alguna, María es un espejo en el que se deberán mirar muchas personas.

El congreso pierde un gran puntal, porque me consta que en estos casi 12 meses en que compatibilizaba trabajo, en Madrid ha dejado su impronta luchando por poner en valor el municipalismo, y colaborando en todo momento con sus compañeros, los cuales al despedirse no escatimaron elogios hacia ella. Ahora es el momento del concejal estradense Juan Constenla, el cual, previsiblemente ocupará la vacante pudiendo continuar las líneas de trabajo que inició Ramallo.

¡Chapeau, María!, soy consciente que tus compañeros de partido, simpatizantes, votantes e incluso los que te respetan sin votarte, reconocen en ti cualidades con las que se nace, como la “auctoritas” (es decir, el prestigio y crédito que se reconoce a una persona o institución por su legitimidad o por su calidad y competencia en alguna materia), la que practicas sin quererlo y sin darte cuenta en todas y cada una de tus responsabilidades públicas, como también lo hiciste en la empresa privada; cuestión que quizá te ha marcado y ayudado mantenerte siempre con los pies en el suelo, y con la humanidad de a pie de calle que destilas porque así de natural es en ti, y en definitiva eres tú.

Mucha suerte en tu vuelta a casa, porque aunque conoces como nadie el ayuntamiento que tan bien diriges, esta horripilante pandemia lo ha cambiado todo, y las administraciones públicas, en especial la que es más cercana al ciudadano como la local, se debe de reinventar a la “velocidad de la luz”, porque los problemas de los ciudadanos y la forma de relacionarse son también nuevos.

Estoy convencida que en ello trabajarás con todos y para todos, y buscando sin cesar la cooperación fuera de tintes políticos porque la salud, la economía y el bienestar de los vecinos, si siempre estuvo por encima de todo, ahora más.

No quiero finalizar sin añadir una curiosidad de estas que a mí tanto me gustan y que en este caso va unida al origen de tu nombre en hebreo Miryam; cuyo significado al igual que el sentido en tu forma de proceder es el mismo: “EXCELSA” 

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