Opinión

Aquel futuro... hoy realidad

Muchos de ustedes recordarán aquellas películas y series de televisión que invadían nuestros receptores a mediados de los años 70 y 80 del pasado siglo; pues bien, aunque no estamos viviendo en naves espaciales surcando los cielos del universo como muchas de ellas mostraban que haríamos en pleno siglo XXI, la tecnología sí está invadiendo nuestras vidas; y debemos prepararnos, ya que no podemos olvidar que a la vuelta de la esquina acecha la compleja inteligencia artificial.

Antes del confinamiento mundial por el Covid-19 la inmensa mayoría de los habitantes del mundo no eran conscientes de lo necesaria que podía llegar a ser la tecnología, así como la incidencia directa que iba a tener en nuestro devenir diario, como por ejemplo en la forma de trabajar (teletrabajo), en nuestro entretenimiento (a través de la multiplicidad de ofertas y canales), la conectividad con nuestra gente (videollamadas y webinar) y cómo no, a la hora de efectuar compras de absolutamente todo lo necesario al no poder salir de casa (e-commerce), que fue todo un ¡BOOM!

Todas la posibilidades son importantes, incluso las tecnologías avanzadas han jugado un papel fundamental en el área sanitaria de esta pandemia, pero lo que sí está claro, es que el comercio electrónico va a ser uno de los ejes fundamentales de la economía mundial, tal y como he escrito ya en varias ocasiones y artículos. Hace justo una semana leía una entrevista de la CEO de Telefónica en España, Mª Jesús Almanzor, que además de rubricar lo que he escrito en párrafos anteriores, la mujer que dirige la teleco más digitalizada de Europa, manifestaba; "nosotros hemos apostado desde hace años por proveer a España de una infraestructura de telecomunicaciones que ahora es la mejor de Europa. Sin esta red robusta, hubiera sido imposible el dar cobertura a un crecimiento en el tráfico de datos de más del 30%; de un 85% en llamadas de móvil; más del 40% del tráfico de teléfono fijo; la multiplicación por 8 del volumen de las videoconferencias; el de WhatssApp por 6; Netflix por 4; nuestra televisión ha tenido más del doble de consumo... Esto se ha conseguido gracias a un despliegue que ha requerido mucho tiempo e inversión".

Efectivamente la red de comunicaciones en España que tanto y tan bien ha soportado durante el confinamiento, es fruto del esfuerzo de operadores como Telefónica que ayudaron a digitalizar territorios y servicios a finales de los noventa e inicios de este nuevo siglo; en Galicia recuerdo el papel que jugó, junto con Fujitsu y Airtel así como el entonces incipiente R (entonces operador gallego de cable). Pero si hubo entonces una apuesta por la tecnología, la cercanía y vecindad, eso fue fruto de un convenio de la Generalitat Valenciana con Telefónica, materializado en “Infovilles”, proyecto que comenzó en 1996 en la localidad de Villena, siendo replicado posteriormente en numerosos municipios de esta comunidad autónoma. En el caso gallego la operadora y la Xunta de Galicia apostaron por Cidades Dixitais, en donde y recién inaugurado el segundo milenio,cuatro ciudades Verín, Monforte de Lemos, Ribeira y Redondela se encontrarían envueltas en un modelo de ciudad interconectada tecnológicamente, y en donde se les abría un amplio abanico de posibilidades con el objetivo de facilitar a empresas, instituciones y ciudadanos, servicios avanzados de telecomunicaciones, en áreas como administración, la sanidad, cultura, turismo y comercio; adelantándose a la realidad actual. Ambos proyectos el valenciano y el gallego fueron de difícil implementación, ya que si más de 20 años después a un nos sigue costando esto de subirnos al tren de las nuevas tecnologías, imagínense entonces.

Les cuento esto último ya que el papel de los ayuntamientos como la administración más cercana al ciudadano, tuvo y especialmente en este momento tiene una oportunidad excepcional para impulsar uno de los sectores más castigados en esta pandemia, como el comercio de proximidad, la hostelería y a nuestros autónomos. Esta semana conocíamos la iniciativa que desde el consistorio pontevedrés se propone; el crear una plataforma de comercio local, una muy buena idea que parte de la concejalía de Yoya Blanco Ríal (que me consta, estuvo al pie del cañón durante el confinamiento y desde el primer momento) y del trabajo que se desarrolló desde la plataforma municipal Pontelovers (otra buena iniciativa, pero en mi humilde opinión el nombre no es el adecuado), y que anunció en su intervención en el Foro Empresa de Pontevedra este pasado jueves bajo el título Reiniciando Pontevedra. Asociacionismo y nuevas formas de negocio tras el Covid-19, y este sábado mismo publicitaba bajo el nombre E-Ponte.com.

Esta acertada propuesta, si mal no recuerdo, va en la línea de la que ya en mes de abril proponía el Grupo Municipal Popular pontevedrés donde añadía la creación de un centro logístico que funcione como almacén de estos bienes y desde donde se coordine el reparto. También desde abril y con ese objetivo trabaja la iniciativa comercial #YoComproEnElComercio de Pontevedra, (así me lo contó Natalia cuando la entrevisté para el artículo que publiqué aquí mismo el domingo 3 de mayo). En la misma dirección discurren las posibilidades de “desarrollo de sistemas centralizados de envío y entrega a domicilio” o la de “contratar servicios externos para la gestión de contenidos en las redes sociales”, que forman parte de una línea de ayudas específica para atraer clientela al comercio de cercanías y mejorar los servicios a los consumidores en la actual situación económica, y que presentaba esta misma semana la Dirección Xeral de Comercio de la Xunta a las asociaciones de sector, así como una Intranet, el nuevo canal de comunicación directo entre ellos.

Como ya dije al principio, esto ha llegado para quedarse y hacerse cada día más usual; (aunque yo he de decirles que soy más de ir a la tienda, porque me encanta el contacto directo con toda aquella persona, que no sin poco sacrificio abre la puerta de su negocio a diario, como si de su casa se tratase), y vista la iniciativa municipal, y la existencia de otras posibilidades, seguramente ahora será el momento de aunar esfuerzos sinergias, trabajo e ilusión; hay que remar en una misma dirección y emprender la singladura en un barco en el que quepan todos, porque sólo así será más efectivo el esfuerzo que viene del dinero público; y porque la recuperación económica de nuestra ciudad pasa por transformación digital hay que hacerla sí o sí, porque es "aquel futuro… hoy realidad".

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