Opinión

¿"In"-Justicia?

Llegado este momento yo lanzo una pregunta; “¿alguien me puede explicar qué es lo que está haciendo el fiscal que juzga a la horda de monstruos que a la voz del líder “¡venga te toca a ti, pero 15 minutos, no tardes!”, hicieron lo que les dio la real gana con el cuerpo de una joven de 14 años en Manresa, cuando tilda el horripilante hecho de “abuso”?

VAYA por delante que no soy jurista penalista, pero el artículo 27 de nuestro Código Penal español expone lo siguiente; “Son responsables criminalmente de los delitos los autores y los cómplices”.

Es decir, declara responsables criminalmente del delito a los autores ó participes principales, así como a los secundarios. El problema está en las posturas doctrinales respecto a las formas de participación en el delito son discrepantes entre las mismas personas autorizadas para ello, jueces y fiscales; cuestión que nos cuesta digerir a los españoles de “a pie” y legos en la materia, al conocerlas, ya que, como contribuyentes a través de nuestros impuestos al funcionamiento de las instituciones judiciales amparadas por nuestra Constitución de 1978, cuanto menos necesitamos información.

Porque muchos ya nos volvimos locos (yo al menos y así lo manifiesto), ante las sentencias dispares que juzgaban a los desalmados de aquella mal llamada “manada” (ya que los cuadrúpedos domésticos no cometen semejantes aberraciones con las hembras de su especie); aquel grupo de “engendros” que violaron y vilipendiaron el cuerpo y el alma de aquella joven en los sanfermines de 2016. Menos mal que el Tribunal Supremo hizo su trabajo, que completó este pasado viernes al publicar dicha sentencia argumentada, sin ahorrar detalles y explicaciones para dejar claro en qué consiste una violación en grupo, haciendo hincapié en la brutalidad, el sometimiento, la intimidación, definen una acción salvaje e inhumana, cuya víctima soportó sin capacidad de reacción. De esta sentencia se extraen axiomas tales como, “No se pueden pedir actuaciones heroicas a la mujer”; pues dejando el concepto así de claro, espero que esta sentencia sea la base doctrinal en sostener que, “¡el no es no! hasta en el silencio”.

Llegado este momento yo lanzo una pregunta; “¿alguien me puede explicar qué es lo que está haciendo el fiscal que juzga a la horda de monstruos que a la voz del líder “¡venga te toca a ti, pero 15 minutos, no tardes!”, hicieron lo que les dio la real gana con el cuerpo de una joven de 14 años en Manresa, cuando tilda el horripilante hecho de “abuso”?

Vamos a ver si nos centramos: los profesionales forenses, psiquiatras y psicólogos que atendieron a la menor de 14 años víctima de los siete “asquerosos” de Manresa dan plena credibilidad a la joven y aseguran que, como consecuencia de las agresiones sexuales, la menor sufre un trastorno ansioso-depresivo, y teme sentirse rechazada por su entorno y, sobre todo, tiene miedo a que no la crean ante los hechos “presuntamente” cometidos la noche del 29 de octubre de 2016.

Señor Fiscal ¿esto es abuso, es una in-justicia, o es que usted tiene miedo de que le llamen racista?, que también puede ser. Porque, sinceramente que se ampare en la ley para ser condescendiente en este tipo de delitos trasladando buenismos absurdos a lo dispuesto por el Código Penal, cuanto menos, me parece tan peligroso como el delito mismo. LOS DELITOS, LOS COMETAN QUIENES LOS COMETAN SON UNA MISMA ABERRACIÓN, A VER SI SOMOS CAPACES DE ASUMIR ESTO.

Aunque no tengo hijas, a mí se me cae el alma al suelo cada vez que un caso de estos llega a mis manos. No me quiero imaginar en la piel de esta víctima o de cualquier otra, como tampoco en la de los familiares, porque yo en su situación sería muy humana … Y por ello especialmente, se me abren las carnes cuando el tío de la joven saltó a la llegada de uno de aquellos seis inmundos (el que falta huyó y está en busca y captura con una orden internacional) y unos pretenden sancionarle y otros le tachan de racista, ¿a dónde vamos a llegar? ¡FUERA MIEDO YA!

Y al hilo de esta descabellada situación hay que añadir que esta semana en el chat de Facebook de una amiga preguntaba “irónicamente” sobre la nacionalidad de los presuntos agresores, ya que también me parece sospechoso que los medios obvien esta cuestión, pues desde aquí les pido que den toda la información, porque eso no es ser racista, es ser periodista; de nuevo, el miedo. Y siguiendo el hilo de la cadena de mensajes, algún participante ya me etiquetaba, erróneamente, al que incluía en su comentario tintes de ideología política. ¡Vamos a ver!, hay cuestiones que deben estar por encima de todo, y precisamente esa unión es la que nos tiene que hacer más fuertes ante aberraciones como estas, a ver si somos capaces de una vez de superar nuestra praxis ideológica en aras del bien común, en caso contrario, ¡estamos perdidos!

Añado, por si no se me entiende todavía, que ¡no soy racista!, lo que sí soy, es una ciudadana que está harta de mantener delincuentes, y que dado el caso de sentencia firme y de pena impuesta superior a un año, tal y como dicta el artículo 89 del Código Penal, tras su última revisión de 2015, se sustituyan las penas privativas de libertad por la expulsión cuando el hecho delictivo ha sido cometido por un extranjero. Por desgracia ya nos llega con lo que tenemos en casa; y se me ocurre, como creo que, a la inmensa mayoría de los contribuyentes, emplear nuestros tributos en otras necesidades sociales más acuciantes, que no son pocas.

Decirle a esta joven, ¡que ni su entorno la rechaza, ni más allá de él tampoco!, ¡qué somos millones de personas las que estamos contigo!, aunque no me extraña que la pobre chica se sienta así, vista la triste imagen de la soledad de su familia y amigos a la entrada del juzgado esta pasada semana.

Espero y confío en la jurisprudencia que ha sentado la recientemente conocida sentencia del Tribunal Supremo a causas enjuiciables como esta de la que trato hoy, un precedente que deberán de ter en cuenta los fiscales y jueces inmiscuidos en procedimientos judiciales tales.

Muchas personas no tienen hijas, hermanas, sobrinas, etc.; pero todos tenemos madre, cierren los ojos e imagínense una situación de vejación tal con ella…

Las mujeres, además de otros géneros que sufren agresiones, debemos sentirnos libres cuando salgamos a la calle, sea la hora que sea y la circunstancia que nos acompañe; tenemos que sentirnos protegidas por la sociedad, por nuestras leyes y por las instituciones que las apliquen. En caso contrario, viviremos con miedo en una absoluta “IN”- JUSTICIA

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