Opinión

El Real Madrid mató a Harry Potter

EL FÚTBOL no es ni la literatura, ni el cine. Imagino que, a estas alturas, la mayoría ya se había dado cuenta. Pero por si había algún despistado, lo repito: el fútbol no es ni la literatura ni el cine.

Cada vez que hay una competición deportiva nos gusta alimentarla con relatos épicos, historias de superación, finales felices y justicia poética. Y, ojo, a veces ocurre. Como también ocurre en la vida real. De hecho, el fútbol sí se parece bastante a la vida real. Los grandes son cada vez más grandes. Y los un poquito menos grandes, aunque a veces consiguen triunfos, suelen seguir por debajo de los otros.

Hace ahora un año, mucha gente estaba convencida de que el Atlético de Madrid iba a cerrar un círculo. La final perdida en el última suspiro, la venganza contra el archienemigo, la dulzura de la revancha. El karma. Sin embargo, esto no ocurrió. Allí estaba el Real Madrid, al que le importan un pimiento las historietas. El conjunto blanco, que es una máquina de ganar, hizo lo que todo el mundo espera (o teme): ganó.

Durante la última semana se volvió a repetir la historia. Buffon, una leyenda de esto, había ganado todos los títulos posibles y únicamente le faltaba uno, uno que estaba en juego precisamente ayer en el estadio del Milenio de Cardiff. Gianluiggi Buffon, joder, historia viva del balompié.

«Qué bonito, verdad, Buffon, que se merece una Champions. Llega ahora al final de su carrera, con 39 años, y gana la máxima competición continental de clubes con total merecimiento», dijo uno. «Tururú», le respondió el Madrid.

Así es el Real. Si el Real Madrid hubiese sido Tolkien, un uruk-hai le hubiese arrancado la cabeza a Frodo en la página cincuenta. Lo siento, Tom Hanks. No sobrevives tropecientos días en una isla desierta. El hambre, la sed, un león o el Real Madrid acaban contigo si te quedas en una isla desierta. Y si un mago superpoderoso te pega un zurriagazo cuando eres un bebé... Harry, cariño, el amor no te salva. Es una putada, pero te mueres.

El que no se muere nunca, cosas de la vida, es el Real Madrid. Los blancos -ayer de morado- son otra cosa. No te lo explicas. Le buscas una explicación lógica y no la tiene. Nunca juegan bien, nunca tienen proyecto, sus estrellas siempre están acabadas, fin de ciclo, bla bla, (introduzca aquí cualquier otro comentario que haya leído en un medio de comunicación a lo largo de su vida). Y, cuando te das cuenta, cuando crees que es noviembre y la temporada está empezando, resulta que el verano está a las puertas y el Madrid acaba de ganar otra vez la Copa de Europa.

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