Opinión

El lío de las pensiones

La subida de todas las prestaciones al compás del IPC aviva el debate sobre el pacto de rentas y cuestiona la solidaridad intergeneracional
Pancartas clavadas en una jardinera tras una protesta en Madrid. EUROPA PRESS
photo_camera Pancartas clavadas en una jardinera tras una protesta en Madrid. EUROPA PRESS

La inflación se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza y, ante el riesgo de que se cronifique, cada vez son más las voces que apuestan por suspender en 2023 la aplicación de la revalorización de todas las pensiones en línea con la media del IPC medida entre diciembre de 2021 y noviembre de 2022, que el Gobierno sitúa en el 8,5%. El Banco de España estima el coste de ese alza, que se consolidará en el tiempo, en 15.300 millones, tres veces lo que Galicia destinará a la sanidad en 2023.

Con esta actualización, un jubilado gallego del régimen general cobrará a partir de enero una media de 1.367 euros, esto es, algo más de 19.100 euros al año, lo que supone que en 2023 percibirá 1.499 euros más que a lo largo de este año. Lastrados por las bajas cotizaciones, los autónomos retirados, de su lado, ingresarán un promedio de 780,8 euros al mes en 14 pagas. Tendrán 856,4 euros más en el bolsillo que en el año en curso.

Fruto de la mejora, la pensión máxima del sistema contributivo fulminará por primera vez los 3.000 euros al subir en 239,7 al mes hasta los 3.059,2. En cambio, la mínima será de 743,2 euros para un jubilado mayor de 65 años que no tenga a su cónyuge a cargo.

Con la inflación subyacente —la que revela en qué magnitud la escalada de los precios energéticos y de los alimentos ha permeado en otros bienes y servicios de la cesta de la compra menos volátiles— por encima del 6%, un nivel inédito desde 1993, la necesidad de un pacto de rentas que reparta entre todos el esfuerzo para encarar la crisis merece un debate serio.

A las puertas de un 2023 electoral y con los pensionistas en las calles exigiendo que se cumpla la ley, el ministro José Luis Escrivá rechaza echar mano de "cláusulas de escape" para saltarse una de las reformas estrella del Gobierno.

Entre tanto, varios organismos formulan recetas. El BE defiende que solo las pensiones mínimas suban en línea con el IPC. La escuela de negocios Esade plantea una revalorización en cuatro tramos de renta con alzas de entre el 8,5 y el 2%. Y, de su lado, expertos de Fedea, el think tank de los grandes bancos y empresas, han diseñado una propuesta que supondría mejorar hasta un 11% las pagas de hasta 800 euros para, a partir de ahí, ir escalonando el incremento de tal forma que se quedaría en el 2,5% para quien cobre más de 1.400 euros. Por esta vía, la plataforma defiende que también se limitaría al 2,5% el alza de la base máxima de cotización, reduciendo el riesgo de que las empresas sigan encareciendo sus productos y servicios para afrontar los mayores costes de los salarios más elevados.

"Hemos tenido un shock muy importante y tenemos que reconocer que esto nos ha hecho más pobres como país y la cuestión es cómo repartimos esa pérdida de renta", señalaba en los últimos días el director ejecutivo de Fedea, Ángel de la Fuente, que avisa de que si se exime de esfuerzos al conjunto de "los 9 millones de pensionistas" al resto de ciudadanos les tocará poner más de su parte, lo que "no parece muy justo".

En el sector privado los datos reflejan la moderación salarial, con un alza media del 2,6% en los convenios registrados hasta septiembre. Y los funcionarios —que este año ganarán un 3,5% más— arrancarán enero con un alza del 2,5%.

También está en cuestión el equilibrio intergeneracional. El Ine sitúa en 14.426 euros la renta media de un mayor de 65 años en 2021, un 32% por encima de los 10.903 de un joven de 16 a 29 años, un colectivo lastrado por la precariedad. Se trata de la brecha más amplia desde que arranca la estadística en 2008. Aunque se queda en el 20%, la diferencia también es la más pronunciada respecto al colectivo de 30 a 44 años, con 12.012 euros por cabeza. Pues bien, que todos los pensionistas salgan indemnes de esta crisis podría acentuar esa desigualdad.

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