Opinión

Otra derrota cruel

Una sensación de abatimiento se percibía en los prolegómenos del partido con Alemania, el "palo" del miércoles hacía mella en los aficionados. El desánimo se disipó en cuanto el balón echo a rodar y volvieron a apoyar a su equipo.

De entrada era difícil para ambos equipos llamados a pelear por los puestos de honor conseguir un nivel de motivación para jugar este partido.

España fiel a su estilo, mejor en defensa que en ataque, jugaba a marcador corto, única forma de tener opciones y jugar de "tú a tú" a  equipos con mucha más capacidad goleadora.

Alternamos los dos sistemas con buenas prestaciones en ambos, quizás más vulnerables en el juego con pivote cuando defendimos 5:1 (encajamos 10 goles desde seis metros). A la vista de la profundidad defensiva, los alemanes jugaron muchos minutos con tres pequeños en primera línea, tratando de jugar con más velocidad y muchas acciones de 1x1 con más espacio.

Lo cierto es que el objetivo defensivo se consiguió: dejamos a los alemanes en 23 goles cuando estaban promediando 32 por partido.

En ataque, también más de lo mismo, nos tuvimos que pelear con un muro defensivo que rondaba los dos metros trabajando en bloque defensivo sin apenas desplazamientos en profundidad. Nos cuesta un mundo hacer gol.

Lo que  sí es evidente es que el equipo tiene claro a lo que juega; ataques muy dinámicos, largos, seguros, paciencia y mucha continuidad. Tarde o temprano encuentra algún desajuste defensivo en el rival que le permite crear situaciones de lanzamiento favorables para hacer gol. Especialmente acertado ayer Natán Suarez: diez goles de 15 lanzamientos. Y, por fin, nos sacamos el corsé y hasta cinco goles conseguimos en contraataque directo.