Opinión

Alineadores, trabajo y moral

En la situación en la que se halla el Pontevedra, los resultados son el motor que alimenta al correcto funcionamiento del equipo

LA TELEVISIÓN, Manolo Lama y el Marca hacen mucho daño. Entre ellos (y los medios de comunicación estatal, en general) han conseguido hacerle creer a usted lo importante que es la figura del alineador.

Un entrenador es mucho más que un tipo que pone a los mismos once cabrones de siempre, que decía Toshack. Puede que en el Real Madrid, que tiene la mejor plantilla del universo, sea suficiente con colocar a los mejores sobre el césped. Entre el escudo, la exigencia del Bernabéu y de toda España y algún que otro síndrome de Estocolmo arbitral harán el resto.

Pero en los demás equipos no basta con ser un tipo tranquilo que profesa amor por sus futbolistas y alinea a once cada domingo: tiene que haber un trabajo detrás para que los resultados se produzcan. Lo que sucede durante la semana es trascendental el domingo. Llevo 15 años viendo entrenar al Pontevedra y siempre defenderé la importancia de ese valor, de lo que sucede entre el lunes y el sábado. Pero, curiosamente, en situaciones como la actual del PCF no es suficiente con eso.

De hecho, hay un aspecto más importante: el estado de ánimo. Llegados a este momento de la campaña, con la necesidad de que el trabajo siga siendo el adecuado, lo que moverá a un equipo hacia la salvación o hacia el hundimiento será la moral de sus tropas. Y ésa estará directamente relacionada con los resultados: las victorias convencen de que el entrenamiento es el adecuado, quitan más kilos de encima que las dietas milagrosas de Internet y dotan a los protagonistas de una capa de confianza indestructible. El trabajo ya está hecho y cuanto menos tiempo queda, más difícil será cambiarlo. Ahora es el momento de ganar para creer y para poder volver a ganar al fin de semana siguiente. Es el primer ingrediente de la receta de la salvación.

Comentarios