Opinión

Fuerza partida por superficie

La presión es una sensación habitual contra la que tienen que pelear los deportistas y ante la que el Pontevedra deberá oponer ilusión

LA PRESIÓN en física equivale a la fuerza ejercida sobre una superficie. La fuerza puede ser emocional y la superficie una mente humana. Y entonces se entenderá por qué le llaman presión a lo que padecen los deportistas cuando tienen la necesidad de alcanzar un objetivo y hay un elemento externo que los condiciona. Presión es lo que ejercen los perseguidores sobre un equipo que ocupa la zona de play-off durante toda la temporada, las tensiones que genera estar cada domingo siendo la obsesión de los vecinos que andan al acecho.

Dicen que los atletas de alto nivel lo son precisamente porque no notan la presión. Esa es una de las mayores patrañas que la historia del deporte. La capacidad para tolerarla o de incluso sentirla como un placer es lo que hace de algunos de los protagonistas a los más grandes de todos los tiempos. Pero los que la sienten no dejan de formar parte de la élite por ser víctima de ella en algún momento. Hasta los más grandes la han sufrido en ocasiones. Federer, para muchos el mejor tenista de siempre, vivió épocas en las que sufría pesadillas cada vez que se enfrentaba a Nadal. No podía mentalmente con él. A Nadal le sucedía lo mismo con Djokovic. Y, sin embargo, nadie discute la grandeza de ambos.

La presión visitó a la Cultural Leonesa, que está realizando una temporada extraordinaria, pero ha soportado sobre sus pies durante demasiado tiempo el liderato, con el Celta B y el Racing al acecho. ¿Quién sabe si le pesó la ansiedad al Celta B ayer contra el Boiro en Barreiro al verse cerca del título? Contra esa presión está la fortaleza mental y la ilusión. Es a lo que tendrá que acogerse el Pontevedra para certificar su pasaporte para el play-off después de toda la campaña en el cuarto puesto, una posición a la que solo los más optimistas creían que podía optar y que tiene a su alcance.

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