Opinión

127.017 millones de euros

UNAS 21.133.850.560.000 pesetas, de no mediar error en el cálculo, son la desorbitante cifra resultado de la conversión a pesetas de los citados 127.017 millones de euros del nuevo récord histórico del conjunto de sueldos públicos del Estado español. El ejercicio podrá resultar todo lo anticuado que se quiera, pero proporciona una visualización muy ejemplificadora. Este desenfreno del gasto público e incremento desmesurado de la ya inasumible deuda pública le cuesta a cada hogar español -realizado el cálculo sobre el oficial dato medio de 2,5 personas por residencia- casi 7.000 euros al año. Dentro de este gastar lo que no se tiene, en el último ejercicio encabezaron la lista las comunidades autónomas con 77.395 millones de euros en plantillas públicas. A su rebufo le siguieron la administración General del Estado con 26.471 millones y las administraciones locales –ayuntamientos, diputaciones, cabildos y similares- con 23.151 millones.

Hace prácticamente un mes los medios de comunicación informaban de la subida adicional del 0,25% para los funcionarios. De ese modo la mejora anual alcanzaría el 2,5%. Interesante resulta comparar estos datos con el incremento de los salarios de las empresas privadas. Según la información aparecida en algunos medios a comienzos del presente año, un estudio de la Escuela de negocios Eada y el Grupo ICSA cifraba en 2,5% y 2,6% los incrementos de los salarios de directivos y mandos intermedios, respectivamente, en 2018. Mientras, los emolumentos de los empleados habrían crecido unas décimas en los últimos años. En cifras concretas, si los sueldos de los directivos crecieron el año pasado unos 1.962 euros y los de los mandos intermedios 1.072, los empleados vieron incrementadas sus retribuciones en 26 euros.

Regresemos al mundo de lo público y observemos las cifras estadísticas del oficialísimo Eurostat. Encontramos allí que el monto de sueldos públicos españoles en 1995 fue de poco más de 50.000 millones de euros al año. A comienzos del milenio la cifra todavía rondaba los 65.000 millones. si confrontamos los 50.000 euros de 1995 con los 127.017 millones actuales, a pesar de las puntuales reducciones consecuencia de la crisis, tenemos un disparo del 154% de las nóminas públicas en menos de un cuarto de siglo -24 años-.

Ante semejante exuberancia económica, obra de una clase política frívola e irresponsable y unos sindicados de la administración insolidarios hasta la extenuación, impúdicos resultan debates cotidianos que sitúan en el ojo del huracán a los pensionistas y los responsabilizan de colapsar económicamente al país. Ellos, en la mayoría de los casos, han trabajado duro, muy duro, durante toda su vida y han llevado a España a los momentos de mayor bonanza económica de las últimas décadas. También fueron un pilar decisivo para la supervivencia de muchas familias en la última crisis. Muchos, después de tanto trabajo y sufrimiento, se ven obligados a afrontar los últimos años de su vida con cantidades de miseria muy inferiores a los mil euros al mes.

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