Opinión

1719-2019

HACE TRES siglos, durante poco más de un mes, –27 de septiembre al 6 de noviembre– el fuego rugió con toda su furia en algunos lugares de Galicia. Fue la respuesta de la Cuádruple Alianza, sobre todo de Inglaterra, al intento de desestabilización de su reino y monarquía por parte de España. Una operación diseñada de modo poco brillante por el cardenal Alberoni. La inclemencia del tiempo también incidió de modo negativo. Ribadeo, Vigo, Redondela, Marín y Pontevedra fueron los núcleos urbanos que sufrieron las peores consecuencias de la respuesta inglesa. Con el año de la efeméride en marcha, el silencio más sepulcral se cierne en Galicia sobre el evento. Nadie. Ninguna institución política, organización cultural..., o el mismísimo lucero del alba, parece haberse dado cuenta de la fecha. La magnífica oportunidad de contrastar visiones -inglesa, francesa, española...– y hermanar países, duerme el sueño de los justos.

El desprecio de nuestros políticos por el pasado parece no tener límites. Unos lo manipulan y falsean para sus bastardos intereses políticos de un modo impúdico. Otros apuestan por la simple invención, cuando no por la "historia de corredoira" o de "palleiro". Alguno de los ayuntamientos señalados ha convertido en héroe a quien presenta como mérito dedicarse al latrocinio. La actuación –inacción total– del Gobierno de España ante el quinto centenario de la primera circunnavegación del planeta causa sonrojo. Eso sí, deja claro el altísimo nivel cultural de sus miembros, presididos por un insigne intelectual. Así lo demuestra cada una de sus magnas obras –de él y de sus amanuenses, claro–.

Con un audaz y lúcido desembarco en el Ulló evitó el mando inglés la esperada ruta terrestre de Redondela y Ponte Sampaio el 25 de octubre de 1719. Ese mismo día capituló Pontevedra. Las consecuencias son bien conocidas: destrucción de la Maestranza, Torres Arzobispales, castillo del Puente del Burgo, casa de los Nodales, alfolíes... Sin embargo, lo peor vino después. La impuesta reconstrucción de la Maestranza por la Corona generó el colapso económico del Concejo pontevedrés y la intervención de sus cuentas por la Administración Central.

Ante el tercer centenario de la invasión inglesa de Pontevedra y la total inacción de los responsables políticos en aras de su conmemoración –a todos los niveles: Xunta, Diputación, Ayuntamiento...–, vuelve a repetirse algo denunciado con reiteración en esta columna. El absoluto silencio de las otras fuerzas políticas, corresponda a quien sea en su nivel. Con la parálisis se está perdiendo una ocasión de oro de una mejor visualización de nuestro pasado. El conocimiento de los acontecimientos es escaso, deficiente. Además, como escribía más arriba, lo óptimo sería contrastar nuestros saberes con los de las otras potencias. El reloj corre en contra pero todavía existe margen para intentar la aproximación. No desperdiciemos la oportunidad e intentémoslo. La mayor responsabilidad es de quienes ostentan la representatividad política y cultural.

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