Opinión

Alejandro Sesmero ni arquitecto ni con s

 

UNA DE las personas más mitificadas en la historiografía pontevedresa es Sesmero. Evidente resulta su aportación a la ciudad del Lérez, pero en lo escrito sobre él por grandes popes de la historiografía local existen manifiestos errores. La distorsión fue seguida, sin duda con toda buena intención, por los munícipes pontevedreses de las últimas décadas de diferentes opciones políticas. La mejor síntesis de la disfunción la encontramos en la placa que preside su calle, perpendicular a Pasarón, donde reza: Alejandro Sesmeros arquitecto. La inexistencia de esa "s" final, por la cual mostraron una desmesurada pasión los citados popes, fue señalada con gran acierto el último día del pasado mes por este periódico en la presentación del proyecto de Viaqua. Además, Sesmero no fue arquitecto durante la mayor parte de su vida, sino "maestro de obras". Tampoco introdujo el agua corriente en el casco urbano pontevedrés. Ese galardón les corresponde a los franciscanos y a los munícipes pontevedreses del siglo XVI, apoyados por la Corona.

Alejandro Rodríguez-Sesmero González vivió a la sombra de su padre, el arquitecto titulado Domínguez Rodríguez Sesmero. El título de maestro de obras lo consiguió en la prórroga. El Decreto de 30 de junio de 1869 disolvió las escuelas oficiales, entre ellas las de Valladolid y Madrid. En una de las dos debió estudiar nuestro protagonista. Casi dos años después, el Decreto de 29 de mayo de 1871 buscó una solución para quienes quedaban en el limbo, dándoles, durante un año, la oportunidad de obtener el título. A ese clavo ardiente se aferró Alejandro Sesmero y obtuvo el título de maestro de obras el 30 de diciembre de 1871. El mismo no le permitía ejercer la profesión en el terreno público. Dentro de una manifiesta ilegalidad, Alejandro Sesmero trabajó tanto en el Ayuntamiento de Vigo como en el de Pontevedra. Los próceres pontevedreses pusieron fin a tan anómala situación el 18 julio de 1887. En diciembre del año siguiente Sesmero solicitó el título de arquitecto a la Escuela Especial de Arquitectura de Madrid con la intención de desplazarse a Argentina. En enero de 1889 recibió el título y al mes siguiente ya se había asentado en Buenos Aires. Sobre todo en la Córdoba argentina ejerció de arquitecto.

El proyecto de la Diputación de Pontevedra aparece refrendado por Alejando Sesmero como colaborador de su padre. Mención especial merece la considerada como una de sus obras cumbre, el Consistorio de Pontevedra. No fue una brillante idea, sino una burda copia. La fachada de nuestro Ayuntamiento es un clon de la parte trasera que miraba al jardín del Hôtel parisién del número 8 de la Rue de Valois du Roule recogido por César Daly en su L' architecture privée au dis-neuvièment siècle sous Napoleon III.... La aportación de Sesmero sustituyó el proyecto inicial de Justino Flórez, arquitecto titulado del Ayuntamiento de Pontevedra, considerado "demasiado monumental" por los munícipes. Sobre la ímproba tarea de canalizar el agua de Moldes al centro urbano pontevedrés en el Quinientos –reactualizada por Sesmero en el XIX– hablaremos en otra ocasión.

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