Opinión

Bancos en el exilio

EN ALGUNA otra ocasión, en este mismo espacio he escrito que si por algo se caracterizan los estudios de Oxfam no es precisamente por generar indiferencia. Todos sus informes levantan sarpullidos. Con los análisis de la ONG internacional la controversia está servida. Una vez más, su última aportación ha respondido a la expectativa. En esta ocasión fueron los veinte mayores bancos europeos, entre ellos dos españoles, quienes han pasado por su tamiz. El resultado se ha plasmado en "Bancos en el exilio: Cómo los principales bancos europeos se benefician de los paraísos fiscales". Información fruto de la nueva normativa de transparencia de la Unión Europea relacionada con la banca. Política de deseable expansión a otras áreas.

El año pasado, uno de cada cuatro euros de los beneficios de los veinte mayores bancos europeos fueron obtenidos en paraísos fiscales. La cifra no es precisamente una nimiedad, pues el total estimado asciende a unos 25.000 millones de euros. Como recuerda la ONG, praxis de ese estilo ocasionan la pérdida de una gran cantidad de ingresos fiscales y "aumentan la desigualdad y la pobreza, ya que los gobiernos tienen que decidir entre aumentar los impuestos indirectos, que asume desproporcionadamente la ciudadanía, o recortar los servicios públicos, que de nuevo afecta en mayor medida a las personas más pobres".

Los logros en paraísos fiscales son decisivos a la hora de maquillar los grandes datos finales de algunos bancos importantes. Oxfam lo ejemplifica con el caso del Deutsche Bank, quien en el ejercicio de 2015 registró pérdidas en Alemania, mientras sus beneficios en el exilio bancario le reportaron 1.897 millones de euros. En uno de esos lugares deseados, el diminuto Luxemburgo, los beneficios obtenidos el año pasado por los miembros del citado top 20 de la banca europea ascendieron a 4.900 millones de euros, cifra superior a la obtenida por los mismos actores en Reino Unido, Suecia y Alemania. Una de las razones de tan exitosos resultados radica para la ONG en el hecho de no pagar frecuentemente impuestos en los paraísos fiscales, o ser mínimos. A modo de ejemplo, si los citados bancos europeos no han pagado ni un euro por 383 millones de los beneficios obtenidos en los edenes monetarios, Barclays pagó un impuesto del 0,2% por las ganancias obtenidas en Luxemburgo.

Llamativa resulta la productividad de los empleados bancarios de los paraísos fiscales. Ellos obtienen unos beneficios cuatro veces superiores a los producidos por los otros trabajadores de los mismos bancos. Los 25.000 millones de euros de beneficios, el 26% del total, es fruto del sudor de únicamente el 7% del total de empleados. ¡Eficientes en grado sumo! Pero hay guarismos todavía más sorprendentes. Unos 628 millones de las ganancias fueron obtenidos en países donde los bancos europeos no tienen ningún empleado. Oxfam destaca los 134 millones de euros libres de impuestos conseguidos por la entidad bancaria francesa BNP Paribas en las Islas Caimán, lugar donde carece de personal. Es la cuadratura del círculo. El Dorado soñado por cualquier empresario.

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