Opinión

Cáritas de nuevo

UNA vez más ha hablado Cáritas y lo ha hecho con toda rotundidad. Sus conclusiones han levantado de nuevo sarpullidos en el poder -detente quien lo detente-. Dentro del electroencefalograma plano de la sociedad española actual, su octavo informe ha sido minimizado de forma notoria por los medios de comunicación. Sin embargo, nunca a nivel privado se había realizado una obra de semejante magnitud. Sus 594 páginas son el resultado del trabajo de 124 investigadores de 30 universidades y 350 encuestadores profesionales que han recabado información en más de 139.000 puertas de 17 comunidades autónomas.

Frente al grandilocuente discurso oficial, según el informe de Cáritas la exclusión social se ha petrificado en la estructura social de nuestro país. El 18,4% de la población española -8,5 millones de personas- forma parte de ella. Son 1,2 millones más de excluidos que al comienzo de la crisis en 2007. De los 8,5 millones, casi la mitad -4,1 millones- están en exclusión social severa. De ellos, 1,8 millones viven en situación dramática. Eran 600.000 en 2007. El envés de la moneda lo conforma el 48,4% de la población que ha recuperado los niveles anteriores a la recesión. Sin embargo, unos seis millones del grupo estarían, de seguir a FOESSA, "en el filo de la navaja". Una nueva crisis económica los precipitaría en la exclusión.

Dramática resulta la "fatiga de solidaridad" mostrada por cierto segmento de la sociedad española recogida por el informe. De seguir al mismo, "los acomodados -quienes consumen en exceso sin conciencia y tienen capacidad para poner sus necesidades en la agenda política- no practican la empatía, pues suelen echar en cara, a los excluidos, su desafección y su responsabilidad por estar en esta situación". Motor de la desigualdad es el acceso a la vivienda, derecho inaccesible para muchas familias en la actualidad. Además, el trabajo ha pasado de ser un derecho a convertirse en un privilegio. Frente a la tradicional división norte-sur en la distribución de la riqueza de nuestro país, el estudio habla de la consolidación de un nuevo eje Sur-Mediterráneo de la exclusión social. Dato importante es la localización en los barrios más desfavorecidos de las mayores tasas de abstención electoral -hasta un 75%-. De ese modo, a la exclusión social se une un precariado político. Así, hasta las casi 600 páginas citadas.

En el estudio de Cáritas deberían mirarse ayuntamientos como los de Marín y Pontevedra, por citar un entorno próximo. Tan espléndidos ellos en festejos y paupérrimos en ayudas sociales. También alguna puerta giratoria del PSOE. De ser cierto lo recogido en rotativos nacionales y locales hace unos días, un buen ejemplo lo tendríamos en los casi 24.000 euros al mes a cobrar del erario público por el señor Màxim Huerta -cuadriplica su sueldo como ministro- en su próximo programa A partir de hoy en TVE. Ante todo lo descrito, se alza el deseo y la esperanza de que se mantenga viva la valiente actuación de denuncia mostrada por Cáritas en los últimos años. Es el ejemplo a seguir.