Opinión

El Imperio de la vigilancia

En 1949, George Orwell en su famosa 1984, entre otras cosas escribía: “te vigilan permanentemente, te vigilan estos ojos inquisidores, en tu casa o en la calle, en el trabajo o en el bar, de noche y de día: no hay ninguna intimidad posible. En el pasado, ningún gobierno había tenido el poder de mantener a sus ciudadanos bajo una constante vigilancia. Ahora, la Policía del Pensamiento vigila a todo el mundo, constantemente”. Sin embargo, aquella omnisciencia permanente ha sido superada en la actualidad. Debido a las nuevas tecnologías y contando con nuestra colaboración, vivimos en un edificio panóptico. Eso, y más, relata quien en mi opinión es uno de los gallegos más lúcidos en la actualidad, sino el más brillante, en su último libro de reciente aparición: El Imperio de la vigilancia.

Nacido en Redondela en 1943 y formado profesionalmente en Francia, Ignacio Ramonet Míguez es doctor en Semiología e Historia de la Cultura por la Ècole des Hautes Études en Sciences Sociales de París. Director desde 1990 a 2008 de la edición francesa de Le Monde Diplomatique, a partir de ese año lo es de la española. También es autor o coautor de una veintena de libros. Según su relato en el libro, la anterior idea de un mundo totalmente vigilado fruto de mentes obsesionadas por las teorías conspirativas es hoy una realidad gracias a la alianza del Estado norteamericano, su aparato militar de seguridad y las industrias gigantes de la Web. Las GAFAM -Google, Apple, Facebook, Amazon y Microsoft-, por imperativo legal, pasan al Gobierno de EEUU todos los datos obtenidos cuando los internautas, de forma voluntaria, nos conectamos a ellas. La información es transferida a la NSA (National Security Agency), la más potente de las agencias de inteligencia estadounidenses.

Pero la Red también desarrolla una vigilancia de tipo comercial. Al conectarnos a una web, las cookies realizan el perfil del consumidor y en fracción de segundos venden la información a los anunciantes. Si algún escéptico quiere verificarlo, puede realizar unas pocas consultas en Internet sobre el libro citado y comprobará como en segundos varias librerías se lo ofrecen.

Otra de las conclusiones es que la vigilancia se ha privatizado y democratizado. En la actualidad, resulta fácil poder acceder a media docena de software espías -mSpy, GSmSpy, FlexiSpy, Spyera, EasySpy...-. Con ellos se puede acceder sin ninguna dificultad el contenido de SMS, correos electrónicos, cuentas de Facebook, WhatsApp, Twitter...

De toda esta vigilancia masiva, únicamente se escapan quienes no pueden acceder a Internet, casi la mitad del planeta. Esta disfunción quiere ser eliminada por los gigantes de la Red. En septiembre del año pasado, Zuckerberg, Gates, Wales y otros, afirmaron ante la ONU que Internet debía ser accesible a todo el mundo. Ramonet no duda de sus buenas intenciones, pero también atiende a la vertiente comercial, donde podrían vender los datos personales de todos los habitantes de la Tierra tanto a los anunciantes publicitarios como a la NSA. La lectura del libro es inexcusable.

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