Opinión

La fase suprema de la LOGSE

Alcanzar la fase suprema de la LOGSE para nuestro sistema educativo fue un objetivo prioritario permanente para la señora Celaá -elitista miembro de la oligarquía de Neguri- y los actuales responsables del Gobierno de España. Hace unos días se ha plasmado como medida estrella para el presente curso. El ministerio de Educación autoriza a las comunidades autónomas pasar de curso con todas las asignaturas suspensas a sus alumnos de Primaria, Secundaria y Bachillerato. Al margen la posible conculcación o no de la Constitución, afloran de inmediato, entre otras más, dos consecuencias generadas por el Real Decreto Ley aprobado el martes 29 de septiembre. Incremento de las desigualdades de conocimientos entre los alumnos y crecimiento exponencial en un futuro inmediato del inconmensurable ejército de mano de obra barata del mercado laboral español.

Ya a principios de agosto el Secretario General de las Naciones Unidas, António Gueterres, advertía que la pandemia había exacerbado las desigualdades arraigadas en la esfera de la educación. A principios de septiembre la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) hizo público el informe titulado El impacto de la covid-19 en la educación. Su principal conclusión alertaba sobre las consecuencias sociales y económicas del cierre escolar decretado durante la primera fase de la pandemia. Pronosticaba una duración larga de las mismas. Consideraba a España como uno de los países más afectados por estar entre los cinco que más tardaron en reabrir escuelas e institutos de una lista mundial de 46 países. A excepción de 2º de Bachillerato y 4º de la ESO, "hasta el final del año escolar". También recordaba el informe que España ya partía con desventaja en esta situación.

El incremento de las desigualdades en los conocimientos educativos en España fue bien patente en el curso pasado. Frente al grupo que barruntaba un aprobado general y decayó en el esfuerzo y la formación, otro incrementó su trabajo y arrasó cuando llegó la hora de la verdad en forma de Selectividad. Ellos son los llamados a dirigir el país en un futuro inmediato. A muchas y muchos de los otros les esperan salarios irrisorios. Bien es cierto que la situación económica fue un factor determinante, pero no el único ni en muchos casos el decisivo. Ese papel les correspondió y corresponde a los padres. Cuántos no levitaban de placer al intuir el paso de curso de sus retoños sin el más mínimo esfuerzo. En este contexto no debemos olvidar que muchos padres de ahora son hijos de la mayor desgracia acaecida en España en los últimos años, la LOGSE. Si alguien piensa haber sido un buen antídoto lo sucedido, salga de inmediato de la ensoñación. El ser humano es el único animal que tropieza dos o todas las veces imaginables en la misma piedra. Todo mediano conocedor de la situación actual sabe que esta vuelve a repetirse. ¿Tantos y tantos felicísimos padres hoy en día estarán en esa misma situación cuando a fin de curso se produzca el volteo por quienes van a enfocar el curso con el máximo de esfuerzo y trabajo?.

Comentarios