Opinión

Feministas de CC OO

HACE CUATRO semanas, en un artículo similar al presente intenté rendir homenaje en el momento de su muerte a una mujer "imprescindible" para la segunda mitad del siglo XX español. Ella, Josefina Samper Rojas, fue una de las pioneras del feminismo de nuestro país y una de las claves de bóveda en la creación de CC OO. En el artículo hacía hincapié en las radicales diferencias existentes entre su feminismo y el actual de las "portavozas", las "miembras" y lindezas similares. Frente a la indigencia cultural de algunas feministas de ahora, ella, a pesar de no haber podido estudiar, era portadora de una vasta cultura conseguida de forma autodidacta. En las antípodas también se encuentran aquellas CC OO que ilusionaron a tantas y a tantos y por quien muchas y muchos dieron los mejores años de sus vidas, y la degradación superlativa actual de la organización. Lo sucedido hace unos días con el "decálogo" enfocado hacia la enseñanza de las ciudadanas Yera Moreno y Melani Penna, conforma una inmejorable constatación de lo afirmado.

Causa pavor pensar en la influencia que están ejerciendo sobre sus discípulos, pues ambas son docentes. La primera en la enseñanza no universitaria y la segunda en la Complutense. ¡Cuánto me gustaría conocer el currículum de cada una de ellas! De partida buscaron lograr la cuadratura del círculo al presentar un decálogo de 19 puntos. En el prólogo pisan fuerte y justifican la utilización de minúsculas en los nombres propios. Hacerlo con mayúsculas es, según ellas, una demostración de egocentrismo. Por supuesto se alinean con quienes no son capaces de discernir que "voz" es femenino y por tanto de aurora boreal el término "portavoza". Su magna contribución en este terreno radica en "buscar la utilización no machista del lenguaje por parte del profesorado". ¿Cómo lograrlo? "Usando el femenino para hablar o el género neutro con la "e", por ejemplo, 'todes' ".

Un auténtico clamor ha levantado su propuesta de eliminar de los temarios académicos a Pablo Neruda y sus maravillosos Veinte poemas de amor y una canción desesperada. En el "Fahrenheit 451" particular de estas damiselas no estaría solo el chileno, pues le acompañarían las obras de Rousseau, Kant, Nietzsche... A la hora de estudiar la tan maltratada –por ciertas autoridades– filosofía, para las autoras, lo importante no sería una potenciación en las aulas de la misma, sino realizar una purga para equiparar el número de filósofos y filósofas a estudiar. Objetivo central seria también el "desaprendizaje de la competitividad". Para lograr "desheterosexualizar la escuela" proponen no separar los baños de niñas y niños, de chicos y chicas. Noto en falta aquí no hubiesen profundizado en el tema y aclarado si para conseguir la "igualdad" serán las mujeres quienes deberán hacer "pipí" de pie o la tarea se le asigna a los hombres y ellos deberán realizar sentados la necesidad fisiológica. Quedan muchas "propuestas" sin comentar, pero las analizadas permiten afirmar que la deriva no se produce únicamente en el sindicato, sino también en la enseñanza a todos los niveles.

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