Opinión

Hércules, el caballito de mar

TAL VEZ en otro contexto diferente y más rutinario la noticia hubiese pasado desapercibida o considerada casi prosaica. Pero la desazón de la actual anormalidad condicionándolo todo, posiblemente ha sido la causa de su protagonismo mediático. Un caballito de mar residente en Galicia, en A Coruña, ha sido noticia principal de muchos telediarios, noticiarios radiofónicos, rotativos, redes sociales... Después de ser operado con éxito tan diminuto y jovencísimo ser, los museos científicos coruñeses abrieron las puertas en Twitter para buscarle un nombre. Ya lo tiene y es muy herculino. Como no podía ser de otro modo, la decisión mayoritaria fue la de llamarle Hércules.

La Casa de los Peces o Aquarium Finisterrae fue inaugurado el 5 de junio de 1999 en plena época dorada de Francisco Vázquez como alcalde coruñés. Localizado en el Paseo Marítimo entre la Torre de Hércules y la Domus, los caballitos de mar siempre gozaron de protagonismo en ese centro interactivo. En la Sala Humboldt se inauguró en 2002 una exposición de hipocampos. Duró dos años, en función de la política de temporalidad de las mismas. Les substituyeron los cefalópodos. En la actualidad, los caballitos de mar pueden contemplarse en la Sala Maremagnum.

La característica forma equina de los caballitos de mar no es el único rasgo que hace de ellos unos seres únicos. Frente a lo que sucede con otros muchos animales acuáticos, los hipocampos son monógamos y sus emparejamientos duran de por vida. Un baile ceremonial donde enlazan sus colas dando lugar a contoneos y pausas, preceden al apareamiento. El acto suele durar de quince a veinte minutos. Pero lo más sorprendente es el hecho de ser el macho quien realiza la gestación. El nacimiento de los alevines es un proceso agotador para el padre. El proceso de expulsión de las crías dura varias horas. Durante ese tiempo el padre se agarra con la cola a un soporte para poder realizar una serie de contracciones que liberan con la presión generada a las crías. En los días siguientes al parto, los retoños saldrán o entrarán en la bolsa en función del riesgo existente en el entorno. A la hora del bautizo, la elección del nombre de Hércules —Heracles, el héroe más famoso en la mitología griega— mantuvo una dura pugna con otros contrincantes, entre ellos, Tripitas, Costuritas, Rocinante, Rebrote, Nautilo, Paco Campechano, Deva, Sucellus, Bágoa, Nadarín, Alvariño, Maruxo, Pita —por María Pita—, Novelle —en honor de Javier Novelle, el fallecido presidente de la Asociación de la Casa de las Ciencias— y Arsenio —por supuesto en recuerdo de Arsenio Iglesias—. 

El Hércules, caballito de mar, saltó a la fama después de detectársele dos orificios en su abdomen por los cuales salían algunos de sus órganos internos. Se trata de un padecimiento habitual en los hipocampos que han sido padres, pero inusual en ejemplares jóvenes como nuestro protagonista. Para solucionar la malformación de nacimiento fue sometido a dos microcirugías por los veterinarios del Aquarium. Hace unos días, Hércules mostraba una clara recuperación y había regresado al tanque junto a sus compañeros.

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