Opinión

Joya del románico por 300.000 euros

SI USTED posee 300.000 euros y está dispuesto a realizar la inversión, puede comprar los restos de una de las joyas del románico gallego. Según los ofertantes, un precio que “debe considerarse como simbólico, y sin duda bien empleado”. Se trata de los restos del antiguo monasterio femenino de San Salvador de Albeos, en el ayuntamiento de Crecente.

Según la magnífica síntesis documental de Carlos Valle, 1071 es el año de la primera constancia documental de su existencia. Sin embargo, su arranque lo sitúa en el siglo X. Una donación de 1231 certifica que en ese momento observaba la regla benedictina. No sería así en su inicio, pero sí desde la segunda mitad del siglo XII. La vida monástica de Albeos finalizó el 15 de julio de 1499 al ser destituida su responsable, doña Beatriz Cabeza de Vaca. Una abadesa con problemas anteriores, de seguir la documentación de Simancas, pues diez años antes don Álvaro de Sotomayor, conde de Camiña, solicitaba al obispo de Tui una comisión para determinar “acerca de la vida y costumbres de la abadesa del monasterio de San Salvador de Albeos”. El dominio pleno de Albeos por San Paio de Antealtares no se producirá hasta octubre de 1511, cuando doña Beatriz retire sus apelaciones ante la cancillería apostólica. A partir de ese momento, Albeos pasa a ser un priorato de San Paio de Antealtares. La desamortización y privatización de Albeos en 1835 significará su ruina. Un proceso de deterioro creciente a tenor de la información de los sucesivos trabajos de Ávila y La Cueva, Vázquez Martínez, Valle Pérez y el realizado de forma conjunta por Vázquez Corbal y Rodríguez Ortega.

A día de hoy, el Catastro de Ensenada es el mejor mirador para realizar una aproximación a la parroquia de San Juan de Albeos, lugar de asentamiento del monasterio. En 1753, su señorío pertenecía a un miembro de la villa de Pontevedra, el marqués de la Sierra, quien nombraba juez ordinario. El número de vecinos, responsables de una unidad fiscal -no el de almas, en el lenguaje de la época-, era de 185: 119 labradores, un pintor, un zapatero, dos sastres, 4 hidalgos, 6 sacerdotes, 20 viudas, 31 mujeres solteras y una pobre de solemnidad. Destaca que sea más del 16% del total el número de solteras cabeza de familia. Frente a ellas, los hombres en similar situación no alcanzan el 6%. De mediados del siglo XVIII al ecuador de la centuria siguiente, San Juan de Albeos se muestra en expansión. Según el Diccionario de Madoz, en 1845, son 220 los vecinos, casi un 20% más. Maíz, centeno, vino, lino, legumbres, la cría de ganado -principalmente vacuno-, junto con la pesca de lampreas y sábalos -también salmones y truchas en 1845-, son los principales recursos en ambas fechas.

Si regresamos a nuestros días y la compra del monasterio de Albeos no convence, hay otras posibilidades. A modo de ejemplo, por 200.000 euros se puede adquirir en Sarandós, Abegondo, el pazo donde pernoctó Felipe II camino de Inglaterra para casarse con María Tudor. No son las únicas ofertas. El repertorio es mayor.

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