Opinión

Juan Antonio Gago de Mendoza

El hecho es curioso. Se ha repetido en múltiples ocasiones en los últimos tiempos. Personas de la más variopinta formación, desde profesores universitarios hasta ciudadanos de a pie se han mostrado como auténticos expertos en el corso gallego. La afirmación sobre quién fue el más importante corsario gallego ha sido unánime. La respuesta fue contundente. Sin embargo, si prescindimos del mito, la suposición o el deseo y atendemos a la información emanada de la documentación, no aparenta correcta la conclusión. En las líneas que siguen no trataré la vida de Juan Antonio Gago de Mendoza. De ella y de lo edificante o no de su actuación existe un magnífico estudio de Alberto Fortes. También tenemos la opinión de la Armada ante la solicitud de concesión de un grado militar por parte del señor Gago de Mendoza. La respuesta fue contundente: >. Las fuerzas armadas saldaron la situación concediéndole una medalla.

Para el período comprendido entre el 21 de noviembre de 1796 y 25 de julio de 1801, quien esto escribe ha localizado más de cien patentes de corso -la autorización para dedicarse a esa actividad-. La exuberancia documental echa por tierra otro mito, la de identificar la actividad del corso con Inglaterra -para el momento de los hechos mejor sería referirse a Gran Bretaña-. Nosotros tampoco fuimos unas hermanitas de la caridad. Los puertos reflejados en la documentación, base de los barcos corsarios, son A Guarda, Baiona, Carril, Marín, Pontevedra, Sanxenxo, Vilagarcía y Vigo.

A la hora de realizar un estudio sobre la importancia del corso la figura de referencia es el armador. Los demás son actores secundarios. Fueron ellos, o ella, pues en nuestro caso también existieron armadoras corsarias -¡cuántas sorpresas ofrece la documentación!-, los responsables ante la autoridad. La información es clara al respecto. A modo de ejemplo tomemos la solicitud realizada el 27 de noviembre de 1796 por el marinense don José Fernández Guerra, quien con su >. Como armador, Juan Gago de Mendoza aparece en seis ocasiones. Lo hace con pequeños barcos -en una ocasión con uno de unas ridículas 9 Tm-. El tonelaje total de los barcos empleados fue de 113 Tm y 143 los hombres contratados. La figura indiscutible del corso de este momento es Buenaventura Marcó del Pont. El tonelaje total de sus barcos corsarios sumaron 449 toneladas y 460 fueron los hombres empleados. Antes de finalizar, un apunte sobre la corsaria. Era la señora viuda de Viéitez, con comercio en Santiago de Compostela y Pontevedra. Consiguió dos Reales Patentes de Corso. También la encontramos en las Reales Patentes de Navegación fletando barcos para América, en algún caso de más de 100 Tm.

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