Opinión

Las pensiones según CCOO

ELABORADO POR la Secretaría de Empleo de CCOO de Galicia, hace unos días vio la luz el informe As pensións galegas segundo as fontes tributarias. Para la realización del mismo se utilizó otro de la Agencia Tributaria (AEAT) titulado Mercado de Trabajo y Pensiones en las Fuentes Tributarias. Como el estudio de AEAT únicamente recoge los datos de las comunidades autónomas integradas en el régimen fiscal común del Estado español y no tiene en cuenta las de régimen tributario diferenciado, el estudio nace condicionado. Mucho más si tenemos en cuenta el papel puntero del País Vasco y Navarra, espejos en los cuales gustarían verse reflejadas las comunidades autónomas más desfavorecidas, caso de Galicia.

A modo de ejemplo, diferente enunciado, en detrimento de Galicia, aparecería cuando el estudio de CCOO realiza un ejercicio comparativo con el resto del Estado y afirma que el importe de la pensión media gallega es “un 11% máis baixa ca española”. En el mismo orden de cosas, posiblemente la diferencia de los pensionistas gallegos respecto a sus homólogos de la comunidad autónoma con mejores datos fuese todavía mayor que el 27% actual respecto a la media con los pensionistas de Asturias. Ímprobo debió parecerle a la Secretaría de Empleo de CCOO de Galicia el esfuerzo de conseguir los datos de las dos comunidades autónomas citadas y realizar así un análisis serio y riguroso. ¿No es cierto acaso que las cosas bien hechas, bien parecen?

Como los datos económicos corresponden a 2016, el análisis se convierte en un ejercicio de buenas intenciones de compararlo con la realidad actual. Nadie pone en duda que son los últimos publicados, pero una cosa son los guarismos estadísticos y otra la realidad social de 2018. Toda la razón les asiste a los autores al afirmar: “o dato máis dramático é que catro de cada dez pensións galegas están por debaixo da pensión mínima; é dicir, hai 310.793 persoas que tiveron que vivir con 8.449 euros durante o ano 2016 (pouco máis de 700 euros/mes)”. Pero eso era hace dos años. Muchos de quienes se están jubilando ahora desearían hacerlo con esa cantidad. Desde sus confortables despachos, ¿se habrán dado cuenta los burócratas de CCOO que comienzan a jubilarse quienes por culpa de la crisis no pudieron trabajar en los últimos años de su vida laboral y como consecuencia comienzan a florecer pensiones en ocasiones por debajo de los 600 euros?

Cuando el estudio es sobre las pensiones gallegas, resulta cuando menos curioso dejar en el limbo aportar soluciones a un problema que va ir en aumento en los próximo años. ¿Tendrán que vivir en la indigencia el resto de sus días miles y miles de gallegos –también españoles– que después de haber trabajado toda su existencia no pudieron hacerlo en el último tramo de su vida laboral por causas ajenas a sus deseos? ¿No es hora de ir pensando en detraer dinero de alguna parte para complementar tan exiguos ingresos? ¿Podría lograrse con menos fiesta rachada, menos banderas azules y similares? ¿Podría ser desde una racionalización mínima de la Administración y las estructuras del Estado? Podría, pero...

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