Opinión

Puente del Burgo. S. XVII y (III)

ENORME FUE la riqueza piscícola del río Lérez durante los siglos modernos. La pretensión del Real Monasterio de Lérez y el Concejo de Pontevedra de detentar su propiedad generó una exuberante masa documental. Múltiples fueron los pleitos, acuerdos y sentencias. En síntesis, podríamos decir conformaron un enorme único litigio de tres siglos de duración.

Dos de esos pleitos y la concordia correspondiente de finales del siglo XVII presentan un rasgo curioso, la utilización del puente del Burgo como decisivo elemento en la tarea extractiva de pescado. Dos días antes del San Benito de verano de 1692, posiblemente debido a las necesidades culinarias de la festividad, los benedictinos optaron por una copiosa pesca en el río Lérez. Para tal fin, "...un relixioso que desian ser mayordomo del combento de Leres y sus criados echaron las redes atrabesando con ellas dicho rio de parte a parte dando un cavo en el castillo que esta al cabo de dicha puente del Burgo y el otro cavo se ato en la carzel y su pared quedando dichas redes por dicha puente y serrados todos los oxos de ella y a trechos clavadas dichas redes con clavos de hierro por las juntas de los arcos de dicha puente. Y en la conformidad que lleba dicho estubieron dichas redes atrabesadas y clavadas hasta que fue baxando la mar...". A pesar de romperse una de las redes "...se coxio mucho pescado de suerte que a palos los mataban en la arena y el que se escapo de dichas redes la mayor parte del por benir casi muerto lo coxian a la mano mas abaxo de dicha puerte muchos hombres y mugeres que se metian al rio para dicho efecto por estar baxa la mar...".

Al año siguiente los protagonistas fueron los miembros del Concejo. El 11 de agosto de 1693 "... aviendo salido esta Villa en forma de tal al puente de esta villa con redes a devirtirse y redar en dicho rio estando las redes desde la carzel asta el castillo que esta de la otra parte de el dicho puente con toda quietud y sosiego, notiçiosos de ello el Real Monasterio de San Salbador de Leris ymbio un barco con gente armada y sin atender a que la Villa se allaba junta y otros prinsipales cavalleros y vecinos de ella dichos hombres se fueron a dichas redes y las cortaron en grande ofensa de la Justiçia por cuio delito fueron presos tres hombres que se allan en la carzel publica...".

Los incidentes se saldaron un año después con una concordia. Al monasterio le correspondía pescar desde el Pozo de Santa Clara al de Couso y al Ayuntamiento desde el Pozo de Santa Clara hacia la mar. Las dos partes se comprometían dejar pescar a la otra en su zona quince días al año. Los benedictinos excluían la pesca en su zona la quincena anterior al santo patrón, además de la pesca de lampreas. No fue eterno el sosiego. En abril de 1726, el Ayuntamiento concedió permiso a Miguel de Soto para pescar un día en el área del monasterio. El del arrabal entregó la licencia en el monasterio. Todo dentro de lo pactado. Pero cuando Miguel de Soto estaba pescando, un religioso lego acompañado de criados del monasterio con un barco entraron en el río y con "... biolencia y golpes hizieron retirar a Miguel de Soto...". Y vuelta a empezar.

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