Opinión

Ruta Quetzal

ACERCAR A los jóvenes separados por el Océano Atlántico y crear algo similar a una Comunidad Iberoamericana de la Juventud fue la idea primigenia. Con esa utópica visión, Miguel de la Quadra-Salcedo dio vida a Aventura’92 en 1979. En 1993, el proyecto cambió de nombre por Ruta Quetzal. También ese año comenzó a recibir el patrocinio de Argentaria —posteriormente BBVA—. A partir de 2001 pasó a llamarse Ruta Quetzal BBVA y en 2014 adoptó la denominación de Ruta BBVA. Según las estadísticas, más de 10.000 jóvenes de 57 países han participado en el programa, declarado de Interés Universal por la UNESCO en 1990. El pasado 28 de junio comenzó su trigésima primera edición bajo el nombre de “Aventura en las selvas mayas de Yucatán”.

Muchísimos de quienes ya acumulamos unos cuantos años, cuando éramos jóvenes y veíamos sus reportajes tras la muerte del Che, el golpe de Estado de Pinochet o sobre las guerras del Congo, Vietnam, Eritrea, Mozambique, Altos del Golán, Biafra, Yom Kippur..., queríamos ser Miguel de la Quadra-Salcedo. Ya no digamos si además practicábamos atletismo, pues él fue el primer plusmarquista mundial español; non nato por una inaudita aplicación con carácter retroactivo de la normativa.


Con el cuerpo de Miguel de la Quadra-Salcedo prácticamente aún caliente y a seis días del comienzo de la presente edición, el 22 de junio el BBVA hizo pública su ruptura con el proyecto


Nueve veces campeón de España, 14 récords nacionales, olímpico en Roma 1960, son algunos de sus jalones como deportista. La guerra del Congo representó su bautismo de fuego como reportero. Liberado gracias a una intervención cubana, en el conflicto africano fue condenado a muerte por grabar la ejecución de 300 prisioneros. Pablo Neruda, el Dalai Lama, Indira Gandhi, Yassir Arafat, Salvador Allende, Haile Selassie o Norodom Sihanouk forman parte del elenco de personajes internacionales entrevistados por él. Su documental “Chile, Toque de queda” estuvo censurado en España durante 18 años. El pasado 20 de mayo, justo 510 años después del óbito de Cristóbal Colón, uno de sus personajes históricos, falleció Miguel de la Quadra-Salcedo.

Después del periplo americano, “Aventura de las selvas mayas de Yucatán”, antes de finalizar el próximo 28 de julio, recorrerá lugares de España como Madrid, Extremadura y Andalucía, con ascensión incluida al Mulhacén, el pico más alto de la Península Ibérica. En nuestro país, la expedición conmemorará los centenarios de las muertes de Fernando el Católico, el inca Garcilaso de la Vega y Miguel de Cervantes. Cuando finalice, la experiencia de este año la habrán vivido 180 expedicionarios de 17 países iberoamericanos.

Con el cuerpo de Miguel de la Quadra-Salcedo prácticamente aún caliente y a seis días del comienzo de la presente edición, el 22 de junio el BBVA hizo pública su ruptura con el proyecto. Sin embargo, el espíritu, la idea utópica, no puede haber muerto. Tiene que seguir viva. Máxime cuando otros programas situados en sus antípodas reciben todos los parabienes y potenciaciones. No se puede dejar en la estacada a jóvenes para quienes el esfuerzo es uno de sus horizontes. De ellos es el futuro.



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