Opinión

Al menos, morir de pie

En un momento en el que se podía haber dejado ir, la plantilla sacó honor y demostró que no caerá sin pelear. Ahora falta por ver qué hace el club
Bakero se lamenta de una ocasión fallada en el Pontevedra C.F.-Castilla. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Bakero se lamenta de una ocasión fallada en el Pontevedra C.F.-Castilla. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

La esperpéntica semana del cese de Antonio Fernández acabó como solo una semana así podía acabar: con una contundente derrota ante un rival directo que hizo al Pontevedra tocar fondo este curso en todos los niveles. Pero no todas las semanas van a generar un espectáculo tan dantesco y una inestabilidad así. Y tras el reseteo de La Línea, el plantel del Pontevedra ha vuelto a dejar la sensación de que, si muere, al menos morirá de pie.

Las constantes apelaciones a la "actitud" por parte de Toni Otero para provocar una respuesta en los jugadores podían tener dos tipos de consecuencia. El bloque se podía dejar ir al primer revés, algo no demasiado profesional pero entendible desde el punto de vista humano cuando alguien no te convence y siembra una duda pública y constante sobre tu figura. O bien podía rebelarse ante la adversidad. Por el momento, parece haber elegido lo segundo.

De esta forma, el vestuario parece decidido a no darse por vencido tan pronto. Al menos ya en febrero. En una situación en la que todo parecía predispuesto para la goleada de un equipo que peleará por ascender, el cuadro pontevedrés no bajó los brazos. Y, con más o menos fútbol, debió llevarse el partido.

La plantilla es sana, está unida y parece que se apunta a pelearlo hasta el final. Llámenme iluso, pero yo sí lo creo de verdad, por mucha mala fama que tenga el gremio. Y ahora está por ver si el club también se apunta a esa corriente y trata, al menos, de morir de pie.

Esto no equivale a gastar. No hay por qué remodelar la plantilla si no se ha hecho ya. Y Otero no tiene por qué dejar de ser ahora entrenador si ha sido el propio club quien lo ha puesto ahí sin la palabra el adjetivo "interinidad" y le ha permitido traer a un hombre de su confianza y cargarse a Moreira. Apostar por no fichar y fichar a última hora de prisa y con malos modos por presión o darle las llaves a Toni y negárselas tras empatar al tercero sería volver a echar gasolina al fuego.

Morir de pie equivale a comunicar. A explicar. A salir y demostrar que cuando los resultados no tapan nada, hay algo más que pura improvisación.

Veremos qué sucede. Lo que está claro es que toda frase, sea más o menos larga, debe acabar en punto. Y este es el mío. Sea simplemente y seguido o final, nos vemos con redonda de por medio. A poder ser, más allá del Lérez.

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