Opinión

Contigo empezó todo

PERMÍTANME QUE DEJE de lado la faceta de periodista y les hable desde el sentimiento. No será este un texto que tienda a la objetividad. Este domingo fue un día triste para todos los que sentimos al Pontevedra. Apenas conocía a Rafa Ceresuela de poco más de una hora de charla hace dos años y medio, coincidiendo con el 75 aniversario del Pontevedra. Pero aquel día fue uno de esos que marcas para siempre en tu diario vital. En la época de Messi, Cristiano Ronaldo y demás estrellas mediáticas del balompié, a mí me hacía ilusión charlar con aquel hombre del que había oído hablar desde pequeño, pero de cuya importancia no fui consciente hasta bien entrada mi adolescencia.

Muchos de los que estén leyendo estas líneas habrán podido disfrutar del Pontevedra en Primera División. Pero tanto mi generación como varias anteriores crecieron solo escuchando a través del boca a boca las hazañas del equipo de su ciudad. Precisamente esa tradición oral (potenciada a través de las crónicas periodísticas y las escasas imágenes) es, quizá, una de las causas que hace que el fenómeno del ‘Hai que Roelo’ adquiera una categoría casi mitológica para muchos de nosotros. Algo que lo engrandece todavía más.

En tiempos en los que el Villarreal, el Eibar o el Getafe brillan en una Primera División a priori no diseñada para ellos, todos los pontevedreses podemos argumentar con orgullo que nuestro equipo también estuvo ahí. Que por eso es grande. Y que merece, al menos, estar en el segundo escalón del fútbol nacional.

Todo aquello fue gracias a un grupo de futbolistas que se empeñaron en engrandecer la imprevisibilidad del balompié y desafiar la lógica del deporte. El irreductible Cholo —capitán y conductor de autobúsù, el eterno Calleja, el talentoso Martín Esperanza o el internacional Neme. Todos nombres para la historia del conjunto granate que aseveran que compartir el vestuario con Rafa ha sido una de sus grandes fortunas como futbolistas. Porque sin Ceresuela, la leyenda no hubiese sido tal. Sin el ‘Gol do Allo’, quizá el PCF hoy sería un equipo más vulgar. Por eso, estoy convencido de hablar por los miles de aficionados del Pontevedra al decir: "Gracias Rafa, contigo empezó todo".

Comentarios