La quesería asturiana Maín emplea varias cuecas para madurar sus quesos. Cada cueva, situadas todas ellas en los Picos de Europa, aporta sabores y olores distintos al producto, además de ofrecer una temperatura y una humedad ideales para el queso.
Con el invierno y las nevadas, darle vuelta y limpiar los quesos se convierte en toda una gesta, como podemos ver en el clip.