Steffano Bozzini fue separado de su mujer, Carla Sacchi, que estaba ingresada en un centro médico, y a la que no podía visitar debido a las restricciones impuestas en Italia para combatir la crisis sanitaria del coronavirus.
Por ello, el hombre, de 81 años, hizo lo único que podía para acercarse a su esposa: tocar su viejo acordeón. El octogenario ofreció así un concierto el pasado domingo en el patio del hospital de Castel San Giovanni, mientras su mujer lo observaba emocionada desde la ventana de su habitación junto a parte del personal sanitario.
"Ha sido el primer momento en que estábamos separados en 47 años que llevamos de casados y se me cayó el mundo encima. Hubiera hecho cualquier cosa para verla", declaró el anciano a un medio italiano.
Carla ya ha sido dada de alta, por lo que ambos han vuelto a disfrutar de su compañía mutua.
