Patas arriba. Así quedó una tienda de Bershka en Burgos que fue completamente destrozada por una mujer. La tarde iba con normalidad cuando una mujer de mediana edad empezó a tirar los burros llenos de prendas y los distintos expositores.
Una de las dependientas pidió a los clientes, que miraban con sorpresa lo que estaba pasando, que llamasen a la policía, a lo que la mujer respondió con un "¡Que venga, que venga, me importa una mierda!". Fuera de sí, continuó tirando todo lo que encontraba a su paso e incluso empujó a otro cliente, quien acto seguido consigue reducirla con la ayuda de una tercera persona.