Los jugadores de la selección española de rubgy, que perdió 18-10 con Bélgica y tendrá que jugar la repesca para ir al Mundial, terminaron tremendamente molestos con la actuación del colegiado del choque, el rumano Vlad Iordachescu, quien tuvo que salir del césped protegido tras ser perseguido por algunos de los componentes del XV del León. El entrenador español, Santiago Santos, denunció que fue un arbitraje "tendencioso", ya que con la derrota quien se clasificó para el Mundial fue Rumanía. En cualquier caso el capitán español, Jaime Nava, pidió "perdón" por la persecución al árbitro.
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