El hombre coge el reptil, de grandes dimensiones, y lo zarandea de un lado a otro con fuerza mientras este intenta defenderse. Pese a lo impactante de la imagen, los compañeros que viajan a bordo del barco parecen no inmutarse e incluso se ríen.
Todo ello ha salido caro al pescador quien ha tenido que hacer frente a una multa de 600 por molestar al animal, que pese a su peligrosidad, es una especie venerada en el entorno del Amazonas.
