Un festín de sabores y emociones varias
El fin de semana trae de todo y Pontevedra y su entorno no dejan de dar titulares curiosos. Empezamos por Moaña, donde el rodaje de la adaptación de la novela de Domingo Villar, El último barco, dio un respiro para que Hovik Keuchkerian, uno de sus actores, decidiese vivir una experiencia de las que dejan huella. Y no, no fue solo por los paisajes. El intérprete quiso conocer en persona a Lino Fervenza, más conocido como El hombre que pasea las carnes, del que había oído hablar maravillas. Dicho y hecho: visita incluida y, como no podía ser de otra forma, parada en la Taberna A de Lino, en A Fraga, para probar las carnes y demás delicias que prepara Lorena Durán. Ya saben, esas comidas que quitan las penas y suman recuerdos. Por allí también apareció estos días otro rostro conocido: el actor Iván Massagué, que ya había compartido pantalla y programa con Lino hace unos años. Viejos amigos que se reencuentran en torno a una mesa que se ha vuelto lugar de peregrinación gastronómica.
Y de Moaña a Vilagarcía, porque A Lomba fue escenario de una final con sabor a épica. El Arosa SC plantó cara al Ourense CF en la Copa RFEF, y aunque los visitantes hicieron valer las dos categorías de ventaja, el partido no se decidió hasta los penaltis, después de que los arlequinados empataran en el tramo final. La grada estaba bien nutrida de caras conocidas: Rafael Louzán, presidente de la RFEF que entregó el trofeo de campeón, Luis López, presidente de la Deputación, Alberto Varela, alcalde de Vilagarcía, y Pablo Prieto, presidente de la RFGF, entre otros, siguieron cada jugada con la emoción de los grandes días.
El calendario festivo también dejó estampas memorables en Sanxenxo, donde el primer gran día de las patronales no pudo ser más exitoso. La tradicional sardiñada popular en el puerto deportivo repartió más de 500 kilos de sardinas a vecinos y visitantes, en un mediodía animado por pasacalles, música y conversaciones en mil acentos distintos. Desde Madrid, Cataluña o Andalucía hasta Portugal, Francia o Alemania, todos coincidieron en lo mismo: las sardinas estaban de diez y Sanxenxo sigue siendo un pequeño paraíso estival. El ambiente fue tan intenso que hasta la playa de Silgar se quedó algo más vacía por momentos, mientras el olor a brasas y el trasiego de turistas llenaban el recinto portuario.
Y como de celebraciones va la cosa, ayer también tocó soplar velas. La presidenta de Aviturga, Dulcinea Aguín, cumplió años. Felicidades y que vengan muchos más, con muchas alegrías y proyectos que sigan creciendo.