Apagón colosal
Era un apagón anunciado, dicen por ahí, como con secuencia de meter las renovables a machamartillo en nuestro sistema de red eléctrica, por esas cosas ideológicas y ecologistas en que nos enredó Zapatero y que continúan con Pedro Sánchez. Un desastre trufado de incompetencia, abundante dosis de malasombra y una mayúscula irresponsabilidad, que jamás se vio en España y que nos ha hecho, una vez más, protagonistas del ridículo, siendo portada de todos los medios de comunicación del mundo entero que nos ha retratado, para variar, como una nación sospechosa y nada fiable.
Y es que vamos de mal en peor. Comenzó Zapatero tapando la crisis de 2008 con aquella famosa frase de que el Gobierno había situado a España en la Champions League de las economías del mundo que, claro esta se lo llevo por delante junto a un Pedro Solbes que apareció en la televisión con un parche en un ojo, lo que auguraba el desastre total. Después del gobierno de Rajoy, que nos salvó del caos económico de Zapatero, apareció en España para luchar contra la corrupción Pedro Sánchez que se estrenó con la pandemia del covid-19 cuya gestión la contemplan los anales de la Historia Universal. Seguidamente se precipito sobre Madrid la borrasca Filomena que paralizo por completo la capital de la cuarta economía de la Unión Europea. A continuación, entró en erupción el volcán Cumbre Vieja, en la isla de La Palma, un desastre que dejo a 1.200 familias sin hogar. Luego vinieron la guerra de Ucrania y de Gaza cuyas consecuencias diplomáticas y económicas nos afectan ya y nos afectaran en un complejo tablero internacional en el que siempre maniobramos mal y, encima, con la nariz de doña Yolanda Diaz metida, lo que nos cuesta siempre un ojo de la cara.
En 2024 nos topamos con la Dana de Valencia en don de el personal se tira los tratos a la cabeza y nadie es responsable de nada. Y esta semana vino el apagón. Otro tiberio monumental que tuvo a Pedro Sánchez desaparecido durante horas y a los ministros del ramo escondidos debajo de una mesa mientras tuvo que dar la cara el director de Servicios de Red Eléctrica que descarto que el desastre fuera debido a un ciberataque. Así que, salvo este señor, el resto del personal se sacudió la pluma.
Ahora buscan a quien echarle la culpa, así que, desde Moncloa, tantean a quien endilgarle el muerto para salvar el trasero. Un desastre total que, encima, ha enfadado a nuestros queridos hermanos portugueses que ya han dicho que no se fían de nosotros. Y es que su sistema eléctrico está conectado al español por lo que estuvieron también sin suministro. Los portugueses pidieron explicaciones a Madrid, pero el silencio de la Moncloa era como el apagón. Total. Así que el cabreo que tienen es importante.
A ver ahora como nos reciben en Valença. Nos quedaremos sin las toallas de Casa Alvarinho que secan con el tiempo y ya no podremos degustar el magnífico bacalao que preparan en el Solar do Bacalhau, en el centro de la fortaleza. Todo una desgracia. Nos ha mirado un tuerto que cantaba ¡Apaga luz, Mariluz, apaga luz, / que yo no puedo dormir con tanta luz…!