Doble moral
Lo de este gobierno social-comunista, apoyado por batasunos y golpistas catalanes es algo absolutamente inconcebible. No dan una al derecho y están en una deriva que Dios sabe a dónde nos lleva. Lo sucedido esta semana pasada en el Senado, con un presidente ocultando la verdad y no contestando a sencillas preguntas que le formulaban nuestros representantes, en su sagrada función de controlar al gobierno, no tiene parangón. Función capital que parecen desconocer de plano los componentes del periodismo por el bocadillo que, últimamente, campea por España. No recuerda nada y nada le consta. Llegó al Senado por los cerros de Úbeda, reina y gitana que cantó Machado y de la que siempre habla mi colega Rafael Quecedo, se mantuvo allí divagando y dando rodeos y después de seis horas se fue por las ramas. El mismísimo escapista Houdini no lo hubiera hecho mejor. No me consta. No recuerdo. Qué más da en esta democracia de enredo y trampantojo que nos trajo en su día Zapatero y que corrigió y aumentó Pedro Sánchez en un más difícil todavía. Todo es relativo y nada es verdad ni mentira. Lo que hoy es blanco, mañana es negro si le conviene al presidente. Hace unos meses Sánchez puso a parir a las Universidades privadas. Las tildo de chiringuitos en los que no se destila el rigor y se toman las decisiones sin escrúpulos. Vamos, que se dan los títulos a la rapañota. Pero, hete aquí, que ha cambiado de opinión. Así que nos hemos enterado de que, ahora, ha matriculado a una de sus hijas en una universidad privada, la ESIC University, que lleva muchos impartiendo enseñanza en marketing y finanzas y que cada curso sale por un ojo de la cara: más de 25.000 euros del ala. Un doble grado en Administración y Dirección de Empresas (ADE) y Marketing, por supuesto, en inglés. Con una guinda muy especial como es que regenta el chiringuito la congregación de los Padres Reparadores del Sagrado Corazón de Jesús. Ojalá le vaya bien a la niña y se labre, a buen seguro, un brillante porvenir. Así que seguimos en la doble moral sanchista que, por otra parte, no es nueva en aspectos educativos, por cuanto el socialista cordobés Montilla, que llego a presidir el gobierno regional catalán, hizo más de lo mismo. Mientras freía a multas a los humildes comerciantes que rotulaban sus negocios en español, él, muy fino y elitista, llevaba a sus hijos al Colegio Alemán, en donde la lengua básica de escolarización no era el catalán, como ocurría y ocurre con la totalidad de escuelas catalanas, donde no se puede estudiar en español. Los peques de Montilla, en cambio, sí podían. Además del alemán y del español, los nenes estudiaban también inglés y francés. Faltaría más. El catalán para los de El Besòs i el Maresme y Trinitat Vella. En fin, una doble moral rayana en la desvergüenza y el insulto a los ciudadanos que pagamos todo este tinglado.
Una pena.
Una pena.