El clima alerta: el riesgo de incendios aumenta y el mar se desertiza y crece

Las aguas que rodean España se calientan hasta un 200% más rápido que la media del planeta ▶ El último informe Clivar presentado por el Gobierno enciende las alarmas sobre la escasez hídrica
Una sombrilla en una playa pontevedresa. JOSÉ LUIZ OUBIÑA (ADP)
Una sombrilla en una playa pontevedresa. JOSÉ LUIZ OUBIÑA (ADP)

Llueve a mares sobre la península, los ríos desbordan y poblaciones enteras se inundan, pero la sequía sigue siendo una amenaza real. La contaminación aumenta en las grandes ciudades con episodios de calentamiento que marcan récords históricos. Y lo único cierto es que el agua, la fuente de la vida, cada vez escasea más.

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico acaba de presentar el último informe del Comité Clivar, lo más parecido a un diagnóstico en tiempo real del cambio climático. Los científicos analizaron la variabilidad del clima y las interacciones entre el océano y la atmósfera con datos hasta 2024. Las conclusiones siguen encendiendo las alarmas. Lo queramos admitir o no, los expertos y las organizaciones ecologistas avisan de que, o tomamos medidas, o los efectos serán terribles a medio plazo.

En las costas de Galicia, el Cantábrico y el Mediterráneo, el mar se calienta a una velocidad anormal, aumenta peligrosamente de nivel y se desertizan flora y fauna. En tierra, el riesgo de incendios es cada vez mayor y durará cada año más tiempo.

El informe es tajante: los primeros 24 años del siglo XXI han experimentado la mayor frecuencia de sequías severas de los últimos 150 años. Las temperaturas más altas provocaron una mayor demanda de evaporación atmosférica, y esto ha derivado en sequías más largas.

Las olas de calor han aumentado en frecuencia, duración e intensidad a lo largo de las últimas seis décadas. Y las lluvias desatadas vividas en España en los últimos meses son otro síntoma terrible: se prevé que la precipitación media disminuya a lo largo del siglo, mientras las precipitaciones extremas seguirán aumentando. Se constata, al mismo tiempo, una notable reducción de la humedad relativa en la Península durante todas las estaciones, pero especialmente en verano, por el aumento de la evaporación oceánica.

Lo terrible es que junto al aumento de la temperatura y la disminución de precipitaciones, se agravará la escasez de agua en zonas ya secas. El aporte de humedad del océano Atlántico Norte se reducirá y tendrá un impacto en las precipitaciones, especialmente durante el invierno y el otoño. 

Las proyecciones climáticas apuntan a un aumento de las condiciones de peligro de incendios, consistentes en incendios más frecuentes, eventos más 
extremos y temporadas de alerta cada vez más largas, que se espera se extiendan hasta junio y, en menor medida, hasta septiembre.

Las condiciones óptimas para el turismo en verano se deteriorarán, con una mejora en las temporadas intermedias y un desplazamiento hacia el norte. El cambio climático puede reducir la producción de algunos cultivos (incluida la uva gallega), que podría acentuarse debido a una mayor variabilidad interanual.

Calentamiento del agua y aumento del nivel del mar

Otro problema añadido, y no precisamente menor, es el nivel del mar. Hasta el 90 % de los cambios que se producirán en la flora y fauna de las costas gallegas tendrán que ver con el aumento del nivel de agua y con su calentamiento. Y solo un 10% se asociarán con mareas meteorológicas y olas. Se espera que los eventos que actualmente tienen un periodo de retorno de 100 años ocurran incluso varias veces al año.

La reducción proyectada en la concentración de oxígeno disuelto se atribuye a una mayor estratificación en la parte superior del océano, una ventilación más débil de las aguas subsuperficiales y a una reducción de la solubilidad del O2 inducida por el calentamiento.

El suministro de nutrientes desde aguas profundas probablemente se verá obstaculizado por una estratificación más fuerte en la parte superior del océano. Se proyecta una reducción de la producción primaria. En parte, los cambios en el marisqueo están alertando ya de esta nueva realidad.

Greenpeace avisa de la escasez de agua

Al mismo tiempo, Greenpeace alertó sobre la escasez de agua a medio plazo, debido no solo al cambio climático, que está provocando un aumento de las temperaturas y una reducción de las precipitaciones, sino también a la sobreexplotación de las aguas superficiales y subterráneas y la agricultura intensiva e industrial, que dependen del riego.

Estos factores están llevando a una situación crítica en muchas cuencas hidrográficas, donde la disponibilidad de agua para consumo humano, los caudales ecológicos y el uso agropecuario se ven compro metidos. La contaminación es otro gran problema. Según Greenpeace, el 44% de las masas de agua subterránea, nuestras reservas para el futuro, están en mal estado.

Además, las reservas de agua, medidas a 17 de marzo de 2025, se encuentran casi al 65,8 %, 9 puntos por encima del año pasado. Pero el nivel sigue siendo insuficiente.

Cinco elementos clave del clima

  • Calentamiento del agua. Las aguas oceánicas que rodean la Península se están calentando más rápido que el promedio mundial. La tasa promedio de calentamiento es de 0,25°C/década, es decir, un 67% más rápido que el promedio mundial (0,15°C/década).
     
  • Récords de temperatura. El 80% de la población vive en grandes ciudades. En la última década han experimentado récords de temperatura por el efecto Isla de calor Urbana. Es preciso diseñar entornos urbanos sostenibles y resilientes, considerando las condiciones climáticas locales.
     
  • Cambio del PH del agua. Es un efecto de la contaminación. La disminución del pH en las aguas superficiales y en las masas de agua superficiales e intermedias apunta inequívocamente a la influencia antropogénica del dióxido de carbono como el principal agente forzante.
     
  • Reducción de la humedad. Cada vez más secos. Se constata una notable reducción de la humedad relativa durante todas las estaciones y todos los escenarios climáticos, pero especialmente durante el verano, provocada principalmente por el aumento de la evaporación oceánica.
     
  • Más dulces, menos salados. Mares y océanos amenazados en su flora y su fauna actuales. La salinidad en las aguas menos profundas de la cuenca occidental puede disminuir debido a la entrada de aguas más dulces provenientes del Atlántico norte.

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