El marisqueo suma dos cierres en una semana y prevé su recuperación en 2026
Dos cierres en una semana. Es a lo que se enfrentan las mariscadoras de la Ría de Pontevedra que esta semana veían cómo el Instituto Tecnolóxico para o Control do Medio Mariño de Galicia (Intecmar) levantaba el cierre por toxina ASP o amnésica que llevaba vigente desde el 15 de agosto y solo un día más tarde decretaba una nueva clausura, esta vez cautelar, por la presencia de otra toxina, la lipofílica o diarreica.
"El miércoles se abrió la ría al marisqueo e íbamos a salir a mariscar el jueves a las 11 pero a las 9.30 llegó otro aviso de que se podría cerrar de nuevo así que ya no salimos. Si llegamos a hacerlo probablemente nos habrían devuelto todo", explica la presidenta de la Cofradía de Lourizán, Carmen Vázquez Nores, que reclama cautela para evitar tener que devolver el molusco al mar.
Este segundo cierre afecta no solo a las mariscadoras de a pie sino también a parte de las de a flote. Estos cierres entran dentro de los ciclos naturales de unas microalgas marinas que forman parte del fitoplacton, aunque lastran todavía más la situación que atraviesa el sector.
El año más difícil para el marisqueo de a pie
Resiliencia, prevención e investigación son las tres claves en las que se apoya actualmente el sector del mar en la ría para mantenerse a flote en uno de los años más complicados de su historia.
Tras la mortandad de bivalvos registrada en 2023, que supuso la peor crisis para el sector en las tres cofradías del fondo de la ría (Lourizán, San Telmo y Raxó), algunas voces aseguran que pese a estos nuevos episodios de cierre se empiezan a ver visos de recuperación "aunque moi lentamente" y que 2026 puede marcar un año clave, señalan tanto la presidenta de la Cofradía de Mariscadoras de Lourizán como el presidente de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores, Xosé Manuel Rosas.
Ambos coinciden en que "non son bos tempos para o marisqueo", pero también en que se están poniendo los medios para mejorar la situación en el futuro. "Es como cultivar en tierra, nosotras sementamos, quitamos los depredadores, vigilamos, mantemenos las playas limpias...", indica la presidenta de la Cofradía de Lourizán. "Vemos que la situación va mejorando porque ahora ya hay semilla, pero el problema es la talla, la almeja crece muy, muy lentamente", añade Carmen Vázquez Nores.
Recuperación de los precios durante el verano.
Tras un verano en el que se pudo aumentar la cuota de almeja y los precios alcanzados fueron muy buenos (la almeja fina extra llegó a venderse por 113 euros el kilo), las cofradías de la Ría de Pontevedra encaran el otoño con un cierre por toxina que suma tres semanas y la incertidumbre por el lento crecimiento del bivalvo en algunos arenales de las Rías Baixas.
"Los precios en verano fueron más o menos bien, pero no se compensan las pérdidas del resto del año, porque las cuotas tienen que ser mínimas igual. De donde no hay no se puede quitar", lamenta la portavoz de las mariscadoras. "Es cierto que en la zona de Campelo que es donde se está centrando el marisqueo del fondo de la ría, lo están notando mejor, pero en Lourizán va muy lento, hay semilla pero lo que hace falta es talla", añade.
Vázquez Nores recuerda que el peor año para el marisqueo de a pie fue 2024, tras la crisis de mortandad de bivalvo registrada en 2023. "El 25 ya se preveía que no iba a ser bueno, pero miramos al 26 con esperanza, esperamos poder volver a una normalidad, aparte de la manera en cómo trabajamos en la ría de Pontevedra", indica la presidenta de Lourizán, que considera que las medidas que aplican las mariscadoras se empezarán a notar el año que viene e insta al Intecmar a que extreme la cautela antes de decretar de nuevo la apertura de los bancos marisqueros.
"Hay que tener mucha cautela, porque si abres un día y al siguiente cierras es peor, supone tirar el producto al mar", advierte la presidenta de Lourizán,
El marisqueo factura el doble que hace un año, pero aún está lejos de las cifras precrisis del bivalvo
Entre enero y septiembre de este año, las lonjas de la Ría de Pontevedra han despachado 203.350 kilos de bivalvo, lo que supone casi el doble que en el mismo período del año pasado (105.042 kilos) y han recaudado también casi el doble, 2.924.585 millones de euros frente a 1.521.006 hasta septiembre de 2024.
Sin embargo, teniendo en cuenta que 2024 fue el peor año en la historia reciente para el marisqueo, estas cifras distan todavía mucho de lo que era habitual hasta la crisis de mortandad de la almeja. En el cómputo de 2023 se llegaron a vender 410.502 kilos de bivalvo en las lonjas de la ría y se recaudaron 5.653.179 de nuevo entre enero y septiembre.
Xosé Manuel Rosas: "Non son bos tempos para o marisqueo"
Aunque es el marisqueo de a pie el que vive una mayor incertidumbre en torno a su futuro, en general todo el sector del mar está ojo avizor ante los cambios que ya se están experimentando.
"A situación non é moi boa. Hai sectores con recursos en abundancia, como o cerco, que hai moita de sardiña, pero xarda nada, nin xurel ou chincho, non hai tantos como outros anos. O polbo, porén, este ano vai ben", describe el presidente de la Federación de Pescadores de la provincia que coincide con Vázquez Nores en que el año que viene podrían empezar a cambiar las tornas.
Proceso de recuperación
"Sabiamos que a recuperación ía ser lenta, porque unha ameixa non é unha leituga, require tempo", señala Xosé Manuel Rosas, que también confía en que los resultados de los estudios científicos que se están realizando en la Ría de Pontevedra arrojen algo de luz sobre el lento proceso de recuperación de los bancos marisqueros.
"O cambio climático estase notando. A mortandade de ameixa foi masiva pola auga doce en case todos os puntos, pero tampouco debía dilatarse tanto no tempo", subraya sobre las incógnitas que rodean al marisqueo de a pie.
Rosas sostiene que dentro del mar hay sectores más afectados y cientos de familias "que o están pasando mal". Así, señala que mientras que el marisqueo a flote está salvando los muebles, en el percebe se aprecia falta de reclutamiento y fijación a la roca. "Botouse ano e medio sen ir ao percebe, agora van e cando quitan os adultos non miran que haxa unha repoboación como anos atrás, algo está acontecendo", advierte el presidente de los pescadores de la provincia, que recuerda que solo en Pontevedra hay 22 cofradías y 63 en Galicia.


