Ni Luis ni Dolores: estos son los nombres más comunes en Pontevedra
En Galicia, los nombres propios no solo identifican a las personas, sino que también sirven como huella generacional, reflejo de las modas sociales y testimonio de la tradición cultural de cada época. Pontevedra no es la excepción: un análisis de los registros oficiales del Instituto Galego de Estatística (IGE) permite conocer cuáles son los nombres más habituales en la provincia y, al mismo tiempo, observar cómo la edad media de quienes los llevan muestra una clara diferencia entre hombres y mujeres, así como entre los primeros y los últimos puestos del ranking.
En el caso masculino, el primer nombre de la lista es Manuel. Lo llevan más de 21.000 pontevedreses, lo que representa un 23,04 por mil de la población masculina de la provincia. Su edad media supera los 60 años, lo que indica que se trata de un nombre que gozó de enorme popularidad en décadas pasadas y que, sin embargo, hoy apenas figura entre las nuevas generaciones. El segundo puesto lo ocupa José, un clásico de origen bíblico, con más de 14.600 hombres y una edad media aún más elevada, por encima de los 66 años. Completa el podio un compuesto muy extendido en España durante la segunda mitad del siglo XX, José Manuel, con 10.572 vecinos de media en torno a los 55 años y medio.
Si bajamos un poco más en la lista, encontramos dos nombres con una vigencia todavía reconocible en la actualidad: Antonio, con más de 9.000 registros y una edad media de 61 años y David, con más de 8.000 varones pero un promedio mucho más joven, cercano a los 34 años. Este contraste es especialmente llamativo porque revela cómo un nombre puede mantenerse en uso durante generaciones distintas, mientras que otros desaparecen progresivamente del censo de recién nacidos.
La fotografía femenina también tiene matices interesantes. El primer nombre del ranking es María, uno de los más repetidos en toda España y Latinoamérica, lo que explica que 10.860 mujeres lo lleven en Pontevedra. Su edad media, de 53,5 años, refleja que todavía se mantiene como una elección relativamente común, aunque ya no con la misma fuerza que décadas atrás.
El segundo puesto femenino pertenece a Carmen, un nombre de gran arraigo religioso y tradicional, con 9.947 pontevedresas y una edad media notablemente más alta: 66,8 años, lo que lo convierte en un ejemplo claro de nombre en retroceso. A continuación figura María del Carmen, una variante compuesta que suma 8.808 mujeres, cuya media supera los 62 años, un dato que confirma la misma tendencia.
Más abajo aparecen dos nombres que marcan la diferencia en cuanto a edad: Ana María, elegido para 5.655 mujeres, con una edad media de 54 años; y Lucía, mucho más joven, con 5.379 vecinas y apenas 29,6 años de media. Este último destaca como un ejemplo de cómo, dentro del top 5, aún hay espacio para nombres que siguen en boga entre las nuevas generaciones, especialmente cuando tienen un carácter más moderno y han sido impulsados por tendencias sociales recientes.
El análisis conjunto permite trazar un patrón claro: en Pontevedra, los nombres más comunes pertenecen en su mayoría a generaciones nacidas entre los años 50 y 70, y hoy se encuentran menos presentes en los registros de recién nacidos. Sin embargo, el hecho de que algunos de ellos mantengan cifras de edad media notablemente más bajas muestra que no todo está escrito en la evolución de los nombres. La influencia de la cultura popular, las modas internacionales y los vínculos familiares juegan un papel decisivo en la elección de cada generación.
En definitiva, los datos del IGE no solo ponen cifras a la frecuencia de los nombres en Pontevedra, sino que también ayudan a entender cómo cambia la sociedad a través de las palabras que usamos para identificarnos.

