Julio Andrés Murillo, gran proveedor de coca de los narcos gallegos, extraditado a España
La Audiencia Nacional ha recibido en fechas recientes la presencia de Julio Andrés Murillo Figueroa, narcotraficante colombiano detenido en una lujosa residencia de Medellín en febrero de 2024 en virtud de una Notificación Roja emitida desde España.
La Policía Nacional le considera el gran proveedor de la organización criminal dirigida por el gallego Carlos Silla, especializada en la introducción de cocaína en veleros, si bien investigaciones propias de Narcodiario le vinculan con el suministro de estupefaciente que llegaría a la Península Ibérica por todas las vías imaginables, incluidos los narcosubmarinos.
Murillo Figueroa fue descubierto merced a la desencriptación de las comunicaciones de los narcotraficantes en el marco de la operación Medellín, trabajo policial de la Udyco Central y su Brigada Central de Estupefacientes que desveló las conexiones entre los dos grupos citados -gallegos y colombianos- con el grupo de Fikri Amellah, la 'Ndrangheta italiana e incluso Jonas Falk, el Pablo Escobar sueco, recientemente condenado por un caso de extorsión en su país.
Comenzó siendo delfín de Pablo Escobar
Murillo Figueroa, que será interrogado en los próximos días por los antidroga españoles que conducen la investigación desde el Greco Galicia de Pontevedra, dio sus primeros pasos en el tráfico de drogas al lado del mismísimo Pablo Escobar, según detallan fuentes colombianas. La Audiencia Nacional, que le recibió en declaración, ratificó su ingreso en prisión provisional en Madrid.
El ahora extraditado, según las informaciones de las que disponen los investigadores, disponía de contactos para hacer llegar la cocaína desde Colombia a Venezuela y, desde allí, para hacer llegar los cargamentos a otras embarcaciones frente a las costas de Sudamérica. En ese momento entraba en escena un individuo de origen africano y pasaporte francés, encargado de gestionar esa operativa que también fue identificado.
10 años operando
El narcotraficante colombiano llevaría más de una década realizando envíos desde Colombia a España, manejando una amplia red de contactos en Galicia, pero también en otros puntos de España, Francia e Italia.
Gracias a su experiencia en el mundo del narcotráfico, había conseguido construir un entramado delincuencial con el fin de introducir en Europa las ingentes cantidades de cocaína que sus clientes le reclamaban.
Murillo residía en una lujosa mansión valorada en 6.000 millones de pesos colombianos (el equivalente a 1,5 millones de euros en el país sudamericano) dotada de un lago privado en el que realizaba paseos junto a su mascota, una de las circunstancias que le delató cuando fue detenido. Se hallaba en Llano Grande, a las afueras de la capital antioqueña.
En Colombia se le consideraba el narco invisible
En Colombia se le consideraba uno de los narcos invisibles al manejar un perfil bajo. Se sospecha que obtenía la cocaína de sus contactos directos con la cúpula del Clan del Golfo y efectuaba viajes constantes a Europa para cerrar los tratos, lugar del que huyó en 2022 cuando estalló la operación Medellín y cayeron sus socios del otro lado del Atlántico.
Cuatro meses después de su arresto en Medellín, la Fiscalía General de la Nación de Colombia ocupó, con fines de extinción de dominio, 20 bienes, entre ellos varias sedes de una cadena de restaurantes de comida oriental especializada en sushi que pertenecerían a Murillo Figueroa, conocido en su país con los alias de H-1 o El Zar.
Las propiedades que le fueron decomisadas tendrían un valor de 11.380 millones de pesos (unos tres millones de euros) y están representadas en cuatro sociedades y 16 establecimientos de comercio de la citada cadena ubicadas en algunas de las principales ciudades del país.