Es uno de los mejores destinos gastronómicos de Pontevedra y casi nadie lo tiene en el radar
National Geographic ha situado a esta localidad entre los ocho pueblos de Pontevedra con mejor oferta culinaria gracias a su emblemática Festa do Galo de Curral
En el corazón de la provincia de Pontevedra se encuentra uno de los secretos mejor guardados de la gastronomía gallega. Es uno de los ocho pueblos seleccionados por National Geographic como ejemplo del buen comer en la provincia, y sin embargo, su nombre rara vez aparece en las guías turísticas convencionales. El prestigioso medio internacional ha puesto el foco en localidades que, sin hacer mucho ruido, han convertido su cocina en todo un estandarte de identidad.
Este reconocimiento no es casualidad. La gastronomía de Pontevedra vive un momento dulce gracias a su capacidad para fusionar tradición y vanguardia. Y este municipio, enclavado en una zona de interior, es la viva prueba de que no todo el sabor se encuentra junto al mar. Aquí, lo que manda es el respeto al producto local, el mimo en las recetas heredadas de generación en generación y la autenticidad de lo que se sirve en el plato.
Vila de Cruces: el feudo del galo de curral
Hablamos de Vila de Cruces, un rincón del interior pontevedrés que ha sabido poner en valor uno de sus productos más emblemáticos: el galo de curral. Este gallo criado en libertad, alimentado a base de maíz y pasto natural, es un tesoro culinario que ha traspasado fronteras, conquistando paladares en ferias gastronómicas y celebraciones tradicionales. No es casualidad que sea el protagonista indiscutible de la Festa do Galo de Curral, que cada año reúne a miles de comensales en busca de esta carne de sabor profundo, textura firme y aroma inconfundible.
Pero el éxito del galo de curral no se queda solo en el producto. Restaurantes como Casa Don Dín o A Esghalla han elevado esta receta tradicional a la categoría de arte, con marinados secretos y cocciones lentas que despiertan la memoria gustativa de quien se sienta a la mesa. Eso sí, como todo lo bueno, tiene su momento: este plato es estacional y no se encuentra disponible todo el año, lo que lo convierte en un manjar aún más codiciado.
¿Qué se puede comer en Vila de Cruces además del galo de curral?
Aunque el gallo de corral sea su embajador más internacional, Vila de Cruces es mucho más que un solo plato. El municipio presume de una gastronomía basada en el producto local, con ingredientes de proximidad que definen su cocina casera y de raíz.
En sus restaurantes y casas de comidas también se pueden degustar platos como el lacón con grelos, las empanadas artesanas –que aquí se preparan con zamburiñas, bacalao con pasas o incluso chicharrones– y una gran variedad de quesos gallegos, especialmente los elaborados en la cercana comarca del Deza.
Los postres también merecen mención especial. Desde la clásica tarta de Santiago hasta las filloas y bicas caseras, cada comida en Vila de Cruces termina con una nota dulce que refuerza la experiencia rural gallega. No faltan tampoco los licores tradicionales como el orujo de hierbas o el licor café, indispensables para una sobremesa con identidad.
La riqueza gastronómica del interior pontevedrés
La apuesta de Vila de Cruces por su patrimonio gastronómico va mucho más allá de la carne. Su ubicación estratégica entre el río Ulla y las sierras del Deza permite una despensa rica y variada: desde huertas con verduras de temporada hasta queserías artesanales que elaboran productos con denominación de origen. Todo ello se conjuga en una cocina que respeta el producto, pero que no renuncia a los toques de autor que la sitúan a la altura de cualquier propuesta de alta gama.
¿Cómo llegar a Vila de Cruces y cuál es la mejor época para visitarla?
Vila de Cruces se encuentra en el interior de la provincia de Pontevedra, a medio camino entre Santiago de Compostela y Lalín. Desde Santiago, apenas 40 minutos en coche por la N-640 bastan para llegar al corazón de este municipio. También se puede acceder fácilmente desde otras localidades importantes como Pontevedra o Ourense.
La mejor época para visitarlo depende de lo que se quiera experimentar. Si el objetivo es probar el famoso galo de curral, entonces conviene planificar la visita en torno a diciembre, cuando se celebra su fiesta gastronómica y los restaurantes lo incluyen en sus cartas. No obstante, cualquier momento del año es bueno para conocer el entorno natural, disfrutar de su cocina casera o pasear por sus aldeas llenas de encanto.
Un destino gastronómico que apuesta por lo auténtico
La provincia de Pontevedra brilla en lo culinario gracias a esa combinación mágica de costa e interior. Mientras que localidades como Sanxenxo, O Grove o Vigo siguen siendo referencia en mariscos y cocina atlántica, el interior gallego pisa fuerte con propuestas que reivindican el valor de lo rural. Lalín con su cocido, Caldas de Reis con sus termas y productos de la huerta, y Vila de Cruces con su gallo de corral conforman una tríada irresistible para el turista gastronómico que busca experiencias reales, sin filtros ni artificios.
En definitiva, la inclusión de Vila de Cruces en esta prestigiosa lista no es más que la confirmación de lo que muchos en Galicia ya sabían: que aquí se come de cine, y que el futuro de la cocina gallega pasa también por mirar hacia el interior. Porque a veces, para descubrir lo mejor, hay que salirse del mapa.