María Escario: "Los cánones estéticos delante de la cámara se mantienen a rajatabla"
La veterana periodista clausuró este sábado en Pontevedra el encuentro As mulleres que opinan son perigosas. Jubilada después de 40 años de trayectoria en televisión, la periodista afirma que las mujeres siguen siendo "extraterrestes en las redacciones deportivas, porque realmente son ellos los que deciden los contenidos"
Siete Juegos Olímpicos, tres mundiales de fútbol, Eurocopas, finales de la Liga de Campeones y también informativos en televisión, un espacio de reportajes y, en su última época, cargos de gestión como la dirección de Comunicación y Relaciones Institucionales de RTVE y la Defensoría de la Audiencia. Los 40 años de trayectoria de María Escario (Madrid, 1959) dan para mucho. Ahora, recién jubilada, estuvo este sábado en Pontevedra, donde clausuró la octava edición del encuentro As mulleres que opinan son perigosas.
Lleva dos meses jubilada. ¿Nota ese vacío del que hablan?
La jubilación era un destino previsto en mi vida e hice un proceso de descompresión pensando en no tener apego, porque yo he tenido una vida laboral muy intensa, muy apasionante, y sobre todo es que soy bastante adicta al trabajo. Pero no noto ese vacío. Por fin todo mi tiempo es para mí, para vivirlo despacio e incluso para perderlo.
Usted fue pionera en el periodismo deportivo español. ¿Cómo fue vivir aquella etapa? Eran muy pocas.
Cuando yo llegué a la redacción de informativos de deportes, aquello era, y que me perdonen, un cementerio de elefantes. Mujeres también había, pero muy poquitas. Estaba Elena Sánchez, Maricruz Esteban, Esperanza Solano, Julia Luna o María Antonia Martínez, que fue fundamental. Pero teníamos el terreno como vedado, aquello era un coto de caza, ¿no? Cada uno tenía su espacio, ciclismo, motociclismo, fútbol..., y tú, como mujer, pues tenías deportes de mujeres. En Cataluña, por ejemplo, había bastantes, estaba Olga Viza, por ejemplo, que para mí fue un referente. ¿Cómo ibas a entender de fútbol o de motos siendo mujer? Eso estaba naturalizado.
¿Se ha normalizado desde entonces la incorporación de mujeres en este ámbito o todavía falta?
No, no, no se ha naturalizado, al contrario. La mujer en una redacción deportiva sigue siendo un poco extraterrestre, sigue teniendo un papel muy marginal, porque al final, quien decide los contenidos suele ser un hombre, y eso es determinante. Creo que en esto RTVE sí que ha dado un paso muy importante con la incorporación de mujeres en la narración de partidos de fútbol. Es muy importante también utilizar un lenguaje inclusivo, porque el fútbol no es femenino. El fútbol es fútbol. Lo que es femenino es el equipo. O lo que es femenina es la competición de fútbol. Igual pasa en el atletismo, por ejemplo. Por otra parte, en cuanto a la presencia de mujeres al frente de una cámara, sigue habiendo unos cánones estéticos que se mantienen a rajatabla, sobre todo en otros medios. O eres mona y jovencita o no tienes muchas posibilidades de presentar, aunque tengas una capacidad comunicativa tremenda.
¿Eso no pasaba antes?
No pasaba tanto. Yo, por ejemplo, no era un pibón, yo era una chica normalísima físicamente, y se me dio esa oportunidad, supongo que porque vieron que tenía esa capacidad de comunicación y no un físico determinado.
"Es muy importante utilizar el lenguaje inclusivo, porque el fútbol femenino no existe, es fútbol; lo femenino será el equipo o la competición"
O sea, que vamos hacia atrás.
Vamos hacia atrás porque el machismo va hacia adelante, se está fortaleciendo con el mundo digital. Tienen muchísimo que ver todos esos mensajes machistas que algunos youtubers trasladan por sus canales. Es que son antifeministas. Parece que el feminismo es una amenaza y no se dan cuenta de que el feminismo es hablar de derechos humanos. El auge de la ultraderecha es peligrosísimo. Todo esto va permeando en esos jóvenes que han nacido pegados a una pantalla y que consumen ese tipo de contenidos. Y que están tremendamente despistados con lo que es el feminismo, el machismo... No tienen ni idea de cómo enfrentarse a una situación determinada ante una chica. Parece que ahora lo revolucionario es hacerse de partidos de ultraderecha, que niegan la violencia machista. El feminismo tiene que conectar con esa gente, que son el futuro.
¿De qué manera?
Creo que los medios de comunicación tienen muchísimo que ver, pero también, evidentemente, los padres y las madres. Es una cuestión de educación social. En España hemos llegado muy tarde al feminismo y hay que hacer tremendos esfuerzos de que llegue el mensaje y no sea un mensaje equivocado ni confuso, ni que no demos cabida a todas esas ideologías que lo que quieren es volver otra vez al siglo XVII.
Hace once años decía que "las mujeres ganan, pero no mandan". ¿Continúa pasando?
No ha cambiado nada. Lo dije en un reportaje de [el programa] Enfoque. En El podio pendiente demostraba con datos que las mujeres en España, las deportistas, habían ganado en casi todo, pero en cambio no estaban en los órganos de decisión del deporte. Eso ha pasado desde siempre, desde el Comité Olímpico Internacional, las federaciones, sean olímpicas o no... Y puede trasladarse a los consejos de dirección de las grandes empresas, a la sociedad... Todo se andará. Ya hemos tenido mujeres que han presidido gobiernos, mujeres que presiden grandes instituciones europeas o mundiales, pero queda mucho camino por hacer.
En 40 años de carrera se dedicó fundamentalmente al periodismo deportivo, pero también a informativos y en su última etapa a cargos de gestión. ¿Con cuál de ellas se quedaría?
Con la gestión no, claramente no es lo mío. Lo mío es el periodismo. Y me quedo con ese último, periodismo de calle, porque a mí la calle me llegó muy tarde. Cuando empecé, enseguida me pusieron a presentar. Tú no decides. Te dicen: "ahora deportes, ahora el telediario del fin de semana..." Eres una pieza del tablero. Cuando me quitaron del telediario y prácticamente toda mi vida había sido delante de una cámara, pensé "¿Ahora qué hago?" Llevo 20 o 30 años delante de una cámara y de pronto me quitan. Tienes que pensar "¿Qué quiero hacer que no he hecho hasta ahora y que me apetece hacer y me divierte?". Fue cuando pensé en esos reportajes, en Enfoque, que eran una mirada diferente al deporte y a sus protagonistas. Ahí entrevisté a cantidad de deportistas, porque pasaba con ellos a lo mejor un día o dos, hablaba mucho con ellos, compartíamos inquietudes y al final ellos me veían como uno de ellos. "Uno de los nuestros", me dijo una vez Rafa Pascual. Cuando me quitaron el Telediario me dijo "María, tú no te preocupes, eres uno de los nuestros, el deporte y tú vamos de la mano". Yo me quedaría con esa etapa de hacer la calle y de volver y hacer periodismo de verdad.
"El auge de la derecha es peligrosísimo y el feminismo tiene que conectar con esa gente y con un mensaje claro"
¿Cree que hay edadismo en los medios de comunicación, más allá de elegir mujeres jóvenes y guapas como presentadoras?
Yo creo que sí, lo que pasa es que si luego miras en los medios de comunicación hay mujeres que ya no cumplen los 55, incluso los 60 y que ahí están: Julia Otero, Ana Rosa Quintana, compañeras del telediario, que son mucho más jóvenes, pero también mujeres maduras. Sigue habiendo mujeres al frente de importantes medios de comunicación y de grandes programas. Lo que pasa es que es verdad que cuando ya empiezas a cumplir una cierta edad te ven como que tienes que entrar en la reserva, como que ya no estás para hacer ciertas cosas. Entonces sí que creo que nos miran de otra manera, claro que sí. Para una mujer estar delante de una cámara no es lo mismo que para un hombre. Para un hombre peinar canas es algo que le da prestigio, lo hace más interesante, como más profesional, que parece que es un profesional reputado que ya lleva muchos años de experiencia y demás. Lo de las canas para ellos es un valor y para nosotras parece que es todo lo contrario, que ya estás vieja. Eso es así en los medios y en la sociedad en general. De ahí que tantas mujeres estén reivindicando sus canas, que es algo que está muy bien.

