National Geographic lo confirma: este rincón del interior de Pontevedra es uno de los sitios donde mejor se come

El cocido es solo el principio en este destino gastronómico que convierte cada comida en una celebración
Motococido de Lalín. CEDIDA
Motococido de Lalín. CEDIDA

Galicia es tierra de marisco, sí, pero también de cuchara. Y de interior. De esas cocinas donde el fuego lento manda y los sabores se transmiten de generación en generación. No todo en Pontevedra son ostras, percebes y albariños. Hay pueblos que, sin necesidad de costa, han convertido su tradición culinaria en una razón de peso para visitarlos todo el año.

Uno de ellos acaba de ser seleccionado por National Geographic como uno de los ocho lugares donde mejor se come en la provincia de Pontevedra. Un reconocimiento que celebra, con razón, un pueblo que ha hecho del cerdo su bandera y del invierno una excusa perfecta para llenar la mesa.

La capital gallega del cocido se sienta a la mesa

Hablamos de Lalín, capital de la comarca del Deza y verdadero santuario gastronómico del cocido gallego. Su fama no es casual. Aquí el cocido no es un plato: es una institución. Un ritual que se celebra en las casas, en los restaurantes y, sobre todo, en la calle, durante su Festa do Cocido, declarada de Interés Turístico Internacional. Una cita que reúne a miles de comensales dispuestos a rendirse ante un desfile de sabores que tiene en el cerdo su gran protagonista.

El cocido de Lalín es un auténtico puzzle culinario que combina tradición, técnica y producto. El lacón, la cacheira, el morro, el rabo, el tocino veteado, la lengua, el chorizo, el unto, e incluso gallina y ternera, forman un elenco cárnico que se acompaña con grelos, patatas y garbanzos. Un manjar que exige paciencia, respeto y hambre. Mucha hambre.

Alta cocina con raíces: del plato de cuchara a la vanguardia local

Pero Lalín no vive solo del cocido. Restaurantes como La Molinera, del chef Diego López, han sabido reinterpretar la cocina tradicional gallega con una mirada contemporánea que no olvida el producto ni la esencia. También en Cabanas se bordan versiones fieles del cocido, manteniendo intacto el legado de una gastronomía nacida en el campo y afinada con mimo.

En estos espacios se respira ese equilibrio entre el pasado y el futuro que tanto premia la crítica gastronómica. La apuesta por productores locales, la innovación sin artificios y el cuidado en la presentación hacen que comer en Lalín sea una experiencia completa, ya sea en una tasca familiar o en un comedor con mantel largo.

¿Qué se puede comer en Lalín además del cocido?

Aunque el cocido es la estrella, Lalín ofrece mucho más. La carne de vaca cachena, los callos, el jabalí estofado, las truchas del Deza o las empanadas de zorza son solo algunas de las propuestas que se pueden encontrar en su amplia red de casas de comidas, mesones y restaurantes.

También son famosos sus quesos artesanos, como el de O Rodo o el de Airas Moniz, y los postres caseros como la bica, el arroz con leche o las filloas. El entorno rural garantiza un producto fresco, de proximidad y con todo el sabor de la Galicia interior.

¿Cómo llegar a Lalín y cuál es la mejor época para visitarla?

Lalín está perfectamente comunicado. Se encuentra en el centro geográfico de Galicia, a unos 30 minutos de Santiago y 40 de Ourense por la AP-53. Desde Pontevedra, el trayecto por carretera ronda los 50 minutos. También hay conexiones regulares de autobús desde las principales ciudades gallegas.


El mejor momento para visitarlo es, sin duda, en invierno, cuando el cocido cobra todo su sentido. La Festa do Cocido, que se celebra entre enero y febrero, es el gran evento del calendario local, pero cualquier fin de semana frío es ideal para una escapada gastronómica. La primavera, con la explosión del paisaje del Deza, también es un buen momento para descubrir sus rutas de senderismo y complementar la visita con turismo de naturaleza.

Comer bien, con cuchara y con historia

Lalín no necesita reinventarse, porque ya encontró su fórmula hace décadas. Aquí el plato es tradición, pero también territorio, comunidad y celebración. National Geographic lo ha confirmado: este pueblo del interior pontevedrés es uno de los grandes templos del buen comer en Galicia. Y quien prueba su cocido, lo sabe.

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