Entre el río y la montaña: este rincón al sur de Pontevedra se cuela entre los mejores destinos gastronómicos
Entre el rumor del Miño y el aroma del vino nuevo, este enclave del interior de Pontevedra ha sido incluido por National Geographic entre los ocho pueblos de la provincia donde mejor se come. Su nombre no suena tanto como otros destinos de las Rías Baixas, pero su cocina, de río y de tierra, lo convierte en parada obligada para quienes buscan la Galicia más auténtica.
Situado en el extremo suroeste de la provincia, este municipio ha hecho de la gastronomía su mejor carta de presentación. National Geographic lo describe como uno de los lugares donde "la tradición se sazona con un toque de modernidad" y donde los sabores de siempre siguen encontrando nuevas formas de emocionar al comensal. Y no es casualidad: aquí, la mesa se llena de historia, de recetas transmitidas durante generaciones y de productos que no se entienden sin el río que lo atraviesa.
Hablamos de Arbo, una localidad que se asienta a orillas del Miño y que ha sabido convertir la cocina fluvial en una verdadera seña de identidad. Su plato más célebre, la lamprea, es algo más que un manjar: es un símbolo. Cada invierno, este pez prehistórico asciende por el Miño en busca de las aguas donde desovar, y en Arbo lo esperan con paciencia y orgullo, conscientes de que su llegada marca el comienzo de una de las temporadas gastronómicas más esperadas de Galicia.
En restaurantes como Casa Pazos, Casa Barcia o Os Pirús, la lamprea se sirve al estilo clásico, "a la bordelesa", con su característica salsa oscura y un respeto absoluto por la tradición. Pero más allá de este icono culinario, Arbo ofrece mucho más que lamprea.
Qué se come en Arbo además de lamprea
La cocina arbense no se agota en los meses fríos. A lo largo del año, los visitantes pueden disfrutar de una gastronomía marcada por el producto local y por la influencia de la frontera portuguesa, a solo unos kilómetros. El vino blanco Condado do Tea, una de las subzonas más reputadas de la Denominación de Origen Rías Baixas, acompaña a la perfección carnes a la brasa, empanadas caseras, guisos de caza o setas de temporada.
También destacan los embutidos artesanales, el queso gallego curado en vino, las truchas del Miño y una repostería tradicional donde los roscos, orellas y filloas se convierten en un bocado dulce al final de cada comida. En primavera y verano, las terrazas junto al río se llenan de viajeros que buscan esa cocina gallega sin artificios, pero elaborada con mimo y productos de kilómetro cero.
Cómo llegar a Arbo
Arbo se encuentra a unos 55 minutos en coche desde Vigo y a una hora y cuarto desde Pontevedra, a través de la N-120 en dirección a Ourense. Desde esta última ciudad, el trayecto apenas supera los 45 minutos, lo que lo convierte en una escapada ideal para una jornada gastronómica o una ruta por el sur de Galicia.
El municipio cuenta con estación de tren en la línea que une Vigo con Ourense, lo que permite acceder cómodamente sin necesidad de vehículo propio. Una vez allí, merece la pena recorrer a pie su entorno natural, con rutas señalizadas por el Miño y los viñedos del Condado, además de un mirador privilegiado en el Monte San Fins.
La mejor época para visitar Arbo
El calendario culinario de Arbo tiene su punto álgido en primavera, cuando se celebra la tradicional Festa da Lamprea, declarada de Interés Turístico Nacional y una de las más antiguas de Galicia. Durante esos días, el municipio se llena de visitantes, showcookings, música y degustaciones que convierten el río Miño en protagonista absoluto.
El otoño, sin embargo, ofrece una experiencia más tranquila y paisajística, con los viñedos teñidos de ocres y los restaurantes en plena temporada de setas, carnes y vinos nuevos. Los meses de invierno también tienen su encanto, sobre todo para quienes buscan probar la lamprea recién capturada en las tradicionales pesqueiras, artes de pesca que datan de la Edad Media y que aún hoy se utilizan en el cauce del Miño.
Arbo representa el alma gastronómica del interior gallego: una fusión de naturaleza, tradición y autenticidad que no necesita de la costa para brillar. National Geographic lo ha incluido entre los ocho pueblos donde mejor se come en Pontevedra, pero para quienes lo conocen bien, ese reconocimiento llega con sabor a confirmación.

